--¿Cuándo hace que se retiró?

--Hará más o menos dos años. Lo hice en Rosario Central, que es donde había empezado a jugar.

--Siempre es emotivo retirarse en el equipo donde uno empezó.

--Sí, pero en mi caso tuve un final para nada soñado. Nadie es profeta en su tierra y no fui una excepción. Me echaron del club y ensuciaron mi nombre como persona, no como jugador, porque te pueden decir que estás viejo o que tu nivel es bajo, pero ensuciar una carrera de 20 años, no.

--¿Pero es que tuvo algún enfrentamiento con alguien?

--Con los directivos, que además eran amigos míos. Es un asunto largo de explicar y del que tampoco quiero hablar. Me hubiera gustado retirarme de otra forma y no como me retiraron ellos.

--¿Y ahora sigue ligado de alguna forma al fútbol?

--No quiero saber nada con el fútbol. Me hicieron mucho mal en Rosario. Estando en mi ciudad y en el club donde soy aficionado, terminé como terminé, lo pasé muy mal. Pero ya ha pasado todo. La vida no se acaba en el fútbol.

--¿Y lo echa de menos?

--No, para nada. No me llama la atención ver fútbol. Ahora he empezado a ver algún partido. Pensaba que lo iba a pasar peor.

--Pero usted ha vivido momentos buenos en el fútbol. ¿Recuerda, por ejemplo, cuando llegó a Europa de la mano del Real Zaragoza?

--Cómo no lo voy a recordar. Lo primero que quiero dejar claro es que todo lo que tengo me lo ha dado el fútbol y el club donde me empecé a dar a conocer a nivel mundial fue el Real Zaragoza. Tengo un recuerdo muy bonito y muy sano. Allí me encontré como en mi casa. Recuerdo, por ejemplo, que todas las semanas nos juntábamos a cenar en casa de algún jugador. Éramos diez parejas y eso no pasa en ningún club. Nos llevábamos de puta madre.

--Además usted estuvo solo tres temporadas, pero siempre fue un jugador muy querido por la gente.

--Eso es verdad. Noté siempre el cariño de la afición del Zaragoza. Siempre me sentí querido. Además me encanta la ciudad.

--Lo que sucede es que usted era un jugador muy racial y eso siempre llega a la grada.

--Eso no se negocia con nada, la actitud de un jugador de fútbol, la camiseta hay que defenderla con el alma. Te debes a la afición.

--Pero también tenía una buena zurda y desborde por la banda.

--Yo me considero un afortunado y, como se dice aquí, tocado por una varita. Siempre me he considerado un jugador de equipo. No fui una figura, pero siempre fui un jugador que traté de hacerlo lo mejor posible. Después de 20 años me siento feliz y orgulloso de mi carrera. Cumplí todas las metas que me puse en mi cabeza. Logre títulos, jugué en la selección argentina, he jugado un Mundial, he ganado una medalla olímpica, son cosas que no todos tienen la suerte de conseguir.

--Y mucho genio. ¿Recuerda la pelea con Lizarazu en San Mamés?

--Creo que esa pelea me hizo conectar todavía más con la afición. Como es obvio no me siento orgulloso de lo que hice. Yo le di una ostia en la mandíbula a Lirazazu y entonces me agarró de la camiseta y abrí las manos diciéndole que me dejara. En ese momento vi que todos los jugadores del Athletic de Bilbao venían hacia a mí y pensé que me iban a matar, pero entonces, le bajé los brazos y, como estaba agachado, le pegaba en la nuca. Yo tenía un carácter bastante complicado y fuerte, pero luego se fue corrigiendo. La actitud y el carácter de mierda que tenía al reaccionar los tuve durante toda mi carrera. Eso me ha dado muchas cosas y he perdido otras tantas, pero si tuviera que volver a jugar no tengo ninguna de que apostaría por la misma forma de ser dentro de una cancha.

--Usted reconoció incluso alguna vez que era un poco chulo.

--Como se dice aquí yo era un guapo, un poco chulo. Nunca tolero las injusticias y mi mujer me decía muchas veces que me creía Robin Hood. Si tocaban a algún compañero yo iba a pegarle al que fuera. No me arrepiento de mi carácter. Puedo mirar a todo el mundo a los ojos, porque nunca en mi vida he negociado ni he falseado nada para mi favor. De eso estoy feliz y orgulloso. Mi abuelo me decía que si te llevas bien con todo el mundo algo mal estás haciendo.

--Recuerda aquellas navidades que usted y Gustavo López llegaron cinco días tarde.

--Me acuerdo. Cuando volvimos teníamos que jugar en la Copa en La Romareda y cuando dieron nuestros nombres nos silbaron, pero comenzamos a jugar y, tras hacer varias jugadas, cambió la cosa y empezaron a aplaudirnos. Son cosas de jóvenes.

--¿Se fue al Valencia con la sensación de haber triunfado aquí?

--Me fui con la sensación de haberlo dejado todo por ese club, pero me hubiera gustado haber ganado algo. Aún recuerdo que en la temporada que empezamos ganando casi todos partidos jugábamos con el Madrid y dije en la rueda de prensa que si le ganábamos al Madrid íbamos a pelear por el campeonato. Todos se rieron. Lo que sucede es que yo venía de Boca, donde siempre se peleaba por títulos y además el Zaragoza venía de ganar la Recopa. Creo que hice grandes partidos en el Zaragoza y que por eso la afición siempre me tuvo un cariño especial. Lloré mucho cuando me fui del Zaragoza. Allí conocí el paraíso y me hice hombre. Llegué con 21 años.

--Además dejó 1.300 millones de pesetas cuando se fue al Valencia.

--Recuerdo que la gente se negaba a que me vendieran y le cantaban a Solans 'si nos pagas al Kily, quemamos Pikolín'. Vaya quilombo. Me fui con la satisfacción de que entró mucho dinero por mí.

--Y luego llegaron los títulos en el Valencia y también jugó en el Inter antes de regresar a Argentina.

--El momento más importante de mi carrera deportiva fue en el Valencia, fueron dos o tres años en los que alcancé mi mejor nivel como jugador. Fui a la selección y, además de ganar la Liga y jugar finales de Champions, me nombraron el mejor extremo de Europa. Los mejores años de mi carrera los tuve en Valencia. En el Inter ya no fue igual.

--Usted puede presumir de que jugó con Maradona.

--No solamente jugué con Maradona (en el Boca Juniors) sino que también lo hice con Messi. He tenido la suerte de jugar con los dos mejores jugadores del mundo en su momento. Por eso también soy un afortunado. Me pongo a pensar con los jugadores que he estado y con los que me he enfrentado y hoy no están. Por algo hoy el Madrid y el Barcelona le sacan 30 puntos al Valencia. No hubo recambios y estoy hablando de jugadores que eran figuras, por no decir cracks en sus equipos. Puedo nombrar a 50 jugadores, sin pretender desmerecer a nadie, que ahora no veo de ese nivel.

--¿Y quién le parece mejor, Maradona o Messi?

--En Argentina siempre existe ese debate, pero son diferentes a nivel futbolístico y de personalidad. Diego es un tipo que no se puede callar la boca, que se pelea contra el mundo, mientras que a Leo Messi casi hay que sacarle las palabras con tirabuzones. Lo conocí cuando recién empezaba y todavía era más callado. Los dos son cracks y los mejores en su momento. Los comparan y son diferentes por su forma de jugar. Diego hizo campeón al Nápoles y fue campeón del mundo, mientras que de Messi dicen que le falta un título con la selección, pero también ha ganado un montón de títulos con el Barcelona. Hoy en día, en la sociedad se compara todo, y siempre existe ese debate, pero cada uno fue el mejor en su momento.

--¿Le parece que Cristiano Ronaldo se puede encontrar a la altura de Leo Messi?

--A mí me gusta más Messi, pero Cristiano también es un gran jugador. Los dos son los mejores del mundo hoy en día, pero lo que hay que analizar es que después empiezas a buscar jugadores y, salvo Xavi o Iniesta, quién tienen por detrás. Por ejemplo, a Lewandowski, que el otro día le hizo cuatro goles al Real Madrid, casi no lo conocía.

--¿Eso quiere decir que en su época había mejores jugadores que ahora?

--Eso lo tengo claro. Por ejemplo en el Real Madrid había gente como Zidane, Roberto Carlos y otros muy buenos, te ibas al Barcelona y estaban Luis Figo, en su momento Kluivert, Rivaldo, Guardiola y qué sé yo, en el Valencia jugaban Mendieta, el Piojo López, y el Real Zaragoza un delantero de la talla de Savo Milosevic. Entonces en todos los equipos había muy buenos jugadores. Recuerdo, por ejemplo, aquel Deportivo de La Coruña que fue campeón y que ahora, tras pasar por Segunda División, está peleando por no descender. Ahora para comparar solo tenemos a Cristiano Ronaldo y Leo Messi, por eso lo del Balón de Oro es de broma, es un chiste. Hace cuatro años que se lo dan a Leo Messi. Hoy no hay tanto cracks como yo vi cuando estuve jugando en Europa.

--Y de lo que usted dice es fiel reflejo el Real Zaragoza, porque de ser un equipo que luchaba por estar en Europa y ganar de vez en cuando algún título ha pasado en las cuatro últimas temporadas a competir solo por salvarse.

--Por eso cuando yo estaba en el Valencia para ganarle al Real Zaragoza, incluso jugando en Mestalla, yo tenía que hacer hasta un surco por la banda izquierda para tirar un buen centro. Todo ha cambiado mucho y ahora solo dos equipos luchan por ganar la Liga en España. Yo gané una Liga con el Valencia y ahora me quiero morir porque el Barcelona y el Madrid le sacan 30 puntos. Desde luego creo que eso no es bueno para el fútbol.

--Por cierto, recuerda que la única vez que el Real Zaragoza ha podido ganar una Liga cayó en la última jornada en Mestalla con usted como rival.

--Lo recuerdo perfectamente. Me parece que durante algún momento, tras marcar Savo Milosevic, el Real Zaragoza era campeón de Liga, pero al final les ganamos 2-1. Nosotros nos metimos en Champions y luego jugamos la final de esta competición esa temporada.

--No le da un poco de pena ver al Zaragoza peleando temporada tras por temporada por no bajar.

--Me da mucha pena. De lo contrario sería un hipócrita. El Real Zaragoza ha marcado mi vida personal más que deportiva y eso siempre te marca mucho. Ahora lo sigo poco, porque ya he dicho que estaba bastante alejado del fútbol, pero espero que tenga suerte y que pueda seguir otra temporada más en Primera División. El Zaragoza debería estar siempre entre los mejores equipos de España y confío en que pronto pasen estos malos momentos.