Campeón del mundo a los 19 años y 207 días y segundo goleador más joven en una final. Son los datos que emparentan a Kylan Mbappé con Pelé. Palabras mayores. Pero merecidas al momento, como acreditó que le concedieran el trofeo al mejor jugador joven del campeonato. Nadie a esta edad había cuajado una actuación tan determinante como la de aquel prodigio brasileño que maravilló en Suecia en 1958 cuando apenas tenía 17 años. Entre Pelé y Mbappé, en juventud, está el italiano Bergomi, que con 18 años disputó (y ganó) la final de 1982 ante Alemania. Mbappé ha sido constante en los siete partidos. Titular desde el primer día, ha aportado cuatro goles, como Griezmann. Fue determinante ante Perú (1-0) y ante Argentina (un doblete en el 4-3) y apareció con otro golito en la final. La joya francesa vivirá el verano más intenso de su vida. Ahora continuará con el interés del Real Madrid por ficharle.