Las campanas de la colegiata de Santa María y las de la iglesia de San Miguel resonaron con fuerza a las ocho de la mañana del pasado sábado. Era el gran día para la localidad de Alquézar. Un total de 441 corredores tomaban la salida en la plaza mayor de la cuarta edición del Ultra Trail Guara Somontano. A estos pequeños héroes les esperaban 98 kilómetros por los duros parajes de la Sierra de Guara.

En esta pequeña localidad medieval se aglutinaron 441 historias, que en ocasiones eran unas bonitas locuras de amor por la naturaleza y el deporte. Pero pocas se parecían a la que protagonizó la rusa Irina Safronova, segunda en la Ultra Trail por detrás de la vasca Leire Iruretagoyena. Safronova acabó con 14.36.08.

La rusa aprovechó que tenía cinco días de vacaciones para desplazarse con su hija desde Moscú a Barcelona el viernes. Alquiló un coche y dejó bien cuidada a su hija en Salou. Ese viernes fue a Alquézar a recoger el dorsal y volvió a dormir a Salou. El sábado se levantó a las cuatro de la madrugada y recorrió 213 kilómetros hasta la salida de Alquézar. Tras la prueba regresó a Salou para recoger a su hija y después volar en avión a Moscú.

El aventurero Javier Subías, uno de los impulsores de esta prueba mágica, estuvo colocado durante la larga jornada en la línea de llegada. Casi 24 horas viendo llegar a la meta a todos los participantes, cada uno con su intensa vivencia en el corazón de la Sierra de Guara. "Estuve en el sitio que más me gustaba estar, que era en la llegada, recibiendo a los corredores por la noche. Tenemos claro desde la primera edición que todo el mundo gana. Es tan importante el primero como el último y estuvimos toda la noche aplaudiendo, poniendo música y recibiendo con la misma a alegría a todos", explica Subías con sinceridad.

Tope de participación

La organización puso un tope de participación para preservar el equilibrio del Parque Natural de la Sierra de Guara. "Mi prioridad cuando se creó la prueba era proteger la sierra. Nos pusimos ese tope porque queremos preservar la sierra. Es mi sitio favorito del mundo y ya he estado en el Amazonas, el Himalaya y el desierto del Sáhara. Me he criado en la Sierra de Guara y el sitio que más quiero es mi cañón del Vero", indica.

La prueba se desdobló en dos distancias. La Ultra Trail tenía 98 kilómetros y la ganaron Nacho Cabal en 10 horas y 52 minutos y Leire Iruretagoyena en 13.07. La Trail de 38 kilómetros se la llevaron Iván Espílez y Ángel Castelló. "La Sierra de Guara es preciosa, pero tiene un recorrido brutal. Es un terreno que mella mucho, no hay un palmo llano. No se pueden correr los 98 kilómetros y hay que andar rápido en las subidas. Tienen que gestionar muy bien sus fuerzas".

Los corredores compiten en autosuficiencia y la organización les facilita el avituallamiento líquido. "Los primeros años sólo se daba agua y ahora se han introducido alimentos. Aunque la gente se autoabastece con geles, barritas energéticas y los hay que llevan bocatas o fiambreras". Para la mayor parte de los participantes, la carrera es un reto. "No compites contra nadie, sino contigo mismo. El año siguiente la meta es mejorar la marca", dice Javier Subías.

El recorrido atravesó los lugares más bellos de la sierra. "En el inicio se realiza un bucle desde Alquézar hasta Asque y vuelta a Alquézar. Después se va a la ermita de La Viña donde se separan las dos pruebas. La larga se dirige a Rodellar, los barrancos del Balcells y Rodellar, para subir a la Cuca de Bellostas hacia las Bellostas y bajar por Sevil hasta Alquézar", explica Subías.

El peor enemigo de los fondistas es el calor y azotó con fuerza. "Hubo muchos atletas deshidratados y se produjeron un 30 por ciento de abandonos", apunta. Uno de los aspectos de los que la organización quedó más satisfecha fue la del voluntariado. "Un grupo de amigos no nos ha fallado desde su orígen. Tuvimos medio centenar de voluntarios sin contar con los guardas del parque", finaliza Subías.