El domingo pasado en Torrent Héctor Aragüés explotó en los Campeonatos de España promesa. El atleta del Simply Scorpio entró de forma espectacular en la historia del atletismo aragonés logrando un lanzamiento de jabalina galáctico. Sus 74,90 dejaron boquiabiertos a todos los espectadores. El taustano llegaba con el récord de Aragón. Lo había logrado en Zaragoza en un encuentro de Liga Nacional de División de Honor. El lanzador se fue en el último tiro hasta los 70,05.

Pero en las pistas de Torrent este estudiante de tercero de Ingeniería dio un mordisco de 4 metros y 85 centímetros. De esta manera se colocaba el tercero del ránking por detrás del guipuzcoano Odei Jainaga (77,66) y del navarro Nicolás Quijera (76,77), de la categoría promesa como Aragüés. Lo bueno del zaragozano es que no ha tocado techo en la especialidad y que promete más alegrías en los inminentes Campeonatos de Europa sub-23 que se celebran en la ciudad polaca de Bydgoszcz.

Una de las claves de su éxito fue el cambio de entrenador. Dejó después de toda su trayectoria de atleta a Enrique Aragüés, su padre, y pasó a prepararse con el leonés Víctor Rubio. «Necesitaba cambiar, hilar más fino, trabajar de otra manera y buscar más calidad de entrenamiento. Y los resultados cantan. En un año he mejorado siete metros», reconoce.

Al final han dado sus frutos los cambios técnicos y de preparación física. «Me entreno solo en Zaragoza y cada tres semanas voy al Centro de Alto Rendimiento de León. Revisamos la parte técnica». En invierno pone los cimientos de su éxito. «Llego a hacer nueve sesiones a la semana con tres horas en cada una de ellas. El domingo suelo descansar. El trabajo de pesas es brutal. Sin embargo, ahora los entrenos son de mucha calidad de dos horitas al día muy suaves para llegar fino a la competición», apunta. La jabalina es una especialidad propensa a las lesiones. «Pero voy bien. Ahora no tengo que cargar mucho y llegar fresco a la competición. Equilibrar el trabajo con el descanso», explica.

El atleta del Simply Scorpio se define como un lanzador «muy fuerte, muy rápido y elástico y bastante técnico y disciplinado. Es la suma de todo y al final es lo que me ha hecho lanzar», reconoce. Con esta progresión brutal ya mira a los Juegos Olímpicos. «Hay que lanzar 81 metros y lo veo fácil. Cada vez lo tengo más asequible. Tendría 25 años y me veo en Tokio. La clave es que no se rompa la trayectoria», reconoce.

Otra meta es la plusmarca nacional. «Lo tiene con 78 metros Gustavo Dacal. No es inaccesible y podría caer este récord en los Europeos de Polonia. No me veo límites y mi entrenador me ve lanzar 80 metros. Pronto caerá el récord de España. Estoy en el top 10 del ránking nacional de siempre». Parte de su éxito se debe a Víctor Rubio. «Como preparador físico es un diez y como preparador técnico es un científico y un buen amigo», concluye.