Dijeron de él que iba a ser "el jugador del siglo". Lideró al Gummersbach de los setenta hacia las más altas cotas y, en 1978, con 24 años, conquistó la Copa alemana, la Recopa de Europa con su club y la del Mundo con Alemania occidental, que no lograba el título desde 1938. Joachim Deckarm (Saarbrücken, 19 de enero de 1954) era un deportista nato, se proclamó campeón juvenil de Alemania de pentatlón, practicó gimnasia y no tardó en destacar en el balonmano. Con el número once a la espalda y desde el lateral izquierdo, Jo Deckarm fue campeón de Liga (1974, 1975 y 1976) y de Europa (1974 y 1978) con uno de los Gummersbach más poderosos de su longeva y exitosa historia. Esa vida se le acabó a los 25 años, el 30 de marzo de 1979, en la pista del Tatabanya húngaro tras chocar con un rival, caer al suelo y sufrir una fractura de cráneo.

Deckarm debutó en la Liga con el Gummersbach --rival del CAI Aragón en las semifinales de la Copa EHF-- en 1973, con 19 años, y hasta su trágico accidente disputó 104 partidos, logrando 381 goles. Con la Alemania occidental jugó el Mundial de 1974 y el de 1978 con un total de 11 partidos y 44 tantos y los Juegos Olímpicos de 1976, en los que logró 22 goles en 5 encuentros. "Era un jugador increíble, de otro nivel. El mejor, sin duda", afirma Veroljub Kosovac. Como portero del Estrella Roja, el actual técnico del CAI Aragón jugó contra el Gummersbach competición europea y algún torneo amistoso.

Un contragolpe

El reloj se detuvo en el minuto 23 de un partido de la Recopa de Europa entre el Tatabanya y el Gummersbach. Una pérdida en ataque de los locales provocó la carrera a la contra de Deckarm, que chocó contra el portero Lajos Panovics, cabeza con cabeza. Deckarm quedó inconsciente en el aire y cayó al suelo, golpeándose de nuevo contra la pista de hormigón, recubierta por una capa de PVC de apenas una pulgada. Fue transportado hasta Budapest (60 kilómetros), donde quedó ingresado en la Clínica de la Universidad, y, posteriormente, fue trasladado al Hospital Universitario de Colonia. Pasó 131 días en coma y los médicos no sabían si iba a despertar. Panovics, que apenas había sufrido daños y que no había sido responsable del golpe --ni siquiera fue falta-- decidió abandonar la práctica del balonmano. El accidente generó un gran debate sobre la dureza del balonmano.

Junto a su cama estuvieron siempre su padre, que sufrió un infarto, su madre, que no dejaba de hablarle y acariciarle, y sus tres hermanos, que también jugaban a balonmano. Tampoco le abandonaron sus compañeros de equipo, tanto del Gummersbach como de la selección alemana. En especial Heiner Brand, otra de las estrellas de ambos conjuntos y el único hombre en la historia del balonmano que ha sido campeón del mundo como jugador (1978) y como seleccionador (2007). Después de 131 días en coma, Joachim Deckarm despertó atrapado en su propio cuerpo. Apenas podía moverse y tuvo que volver a aprender a hablar, leer, escribir... comenzar una nueva vida. La segunda.

El 8 de agosto de 1979 Deckarm despertó con una grave deficiencia mental, con una importante pérdida de masa corporal y con la necesidad de recibir ayuda cada uno de los días del resto de su vida. Durante el año y medio siguiente estuvo en varias clínicas para realizar un tratamiento de rehabilitación. Se trasladó a casa de sus padres y su exentrenador Werner Hurter se encargó de programarle un entrenamiento diario. El técnico le inscribió en el techo de la clínica el que sería su nuevo lema: "Quiero, puedo y debo dominar mi destino" (Ich will, ich kann und ich muss mein Schicksal meistern). Desde el 2002 vive en una residencia en su ciudad natal con un supervisor y dos empleados cuidando de él las 24 horas del día. En la actualidad es capaz de mantener una conversación, practica el ajedrez y asiste invitado a partidos y eventos realizados en su honor.

´Teamgeist´

Auspiciado por la Fundación Alemana de Ayuda Deportiva creó una fundación con su nombre para recoger los fondos, donaciones e ingresos que ha recibido fruto de la solidaridad del mundo del deporte. En el 2007, Heiner Brand recibió la pirámide de oro, máxima distinción deportiva de Alemania, y donó los 25.000 euros del premio a su amigo Jo. Franz Beckenbauer hizo lo mismo. Los campeones del mundo del 2007 subastaron copias del certificado del título y recaudaron 150.000 euros para él. El pasado 30 de marzo se cumplieron 30 años del accidente. En otoño saldrá a la venta Teamgeist (Espíritu de equipo), un libro sobre su vida que ya puede adquirirse en internet por 19 euros (www.joachim-deckarm.de).

En sus páginas, Deckarm destaca que, de la misma manera que en su vida deportiva fue fundamental verse rodeado de otros buenos jugadores para lograr juntos, como grupo, todo lo que se propusieron, en su segunda vida ha necesitado también del espíritu de equipo, de familia, médicos, psicólogos, fisiólogos, entrenadores, jugadores, amigos, asociaciones, clubs, empresas e instituciones, para poder volver a alcanzar el éxito. En su primera vida consiguió grandes logros deportivos. En la segunda, gana todos los días.