La nieve y el hielo cambian radicalmente la cara de la montaña. Nada tiene que ver el medio en el invierno que en el verano, en el que los montañeros realizan todo tipo de actividades sin tener que contar con una preparación tan específica y en la que la seguridad es parte esencial. Los clubs aragoneses han introducido en los últimos años y con mayor frecuencia cursillos de iniciación en la montaña invernal. De esta manera se puede gozar de la belleza del Pirineo realizando actividad deportiva evitando los peligros por la falta de preparación.

Montañeros de Aragón de Zaragoza ha hecho dos cursillos y el próximo fin de semana organizará el tercero. «Hace años se dejó de hacer y ahora vamos por el tercer año seguido. En los tres cursillo se han apuntado 35 personas y, si hiciéramos algunos más, vendría más gente», explica Javier Garcés, vocal de alpinismo del club aragonés. «Se apunta gente que lleva muchos años haciendo montaña estival y tiene reparo de ir por la nieve. Son personas preocupadas en la seguridad», afirma. Los cursillos son de iniciación. «Tratamos del movimiento con crampones y piolet, autodetención, elección de itinerarios, el empleo del ARVA, la pala y la sonda en caso de avalanchas y primeros auxilios. Terminamos llevando a los cursillistas a palas de nieve de hasta 50 grados de inclinación para que hagan prácticas», explica Garcés.

El Club de Montaña Pirineos también lleva muchos años realizando sus cursillos de iniciación de montañismo invernal. «Realizamos una salida práctica los días 11 y 12 de febrero y el siguiente fin de semana. Los días 7 y 8 de febrero se dieron las clases teóricas en la sede del club», explica Félix Escobar, responsable de la sección de alta montaña del club zaragozano y organizador del cursillo desde hace diez años. Finalizará los días 18 y 19 de marzo en el entorno del Balneario de Panticosa. «La pernocta será en la Casa de Piedra. El sábado haremos prácticas en relación con el contenido del curso. Y el domingo subiremos el Pico Bacias, que tiene 2.700 metros. Pero lo haremos en función de la meteorología. Es una cumbre ideal para la iniciación en la montaña».

El primer día de prácticas se desplazaron los 14 cursillistas hasta la Escuela de Montaña de Benasque. «El primer día hicimos prácticas en el rocódromo y nudos básicos y por la tarde prácticas de rapel y encordamiento básico. La segunda jornada fuimos a los Llanos del Hospital y realizamos prácticas de progresión por la nieve con crampones y piolet, aseguramiento en la nieve y finalizamos con prácticas de autodetención». El segundo fin de semana se realizó una salida práctica a la montaña. «Estuvimos en la cabaña libre de Furcunfiecho, en la vertiente sur de peña Telera».

El CAU

El Club Alpino Universitario también realiza un cursillo que dirige Íñigo Ayllón, responsable de la sección de alta montaña. «Lo hacemos todos los años y realizamos tres cursos. Son de esquí de montaña, de iniciación a la escalada y de alta montaña. Son diferentes y complementarios y tienen importancia en sí mismos y en conjunto», explica Ayllón.

El cursillo comenzó con una reunión previa donde se explicaron conceptos teóricos. «Después realizamos las clases prácticas en Somport el pasado fin de semana. Tratamos del manejo del piolet y los crampones y la autodetención. Dormimos en un albergue de Villanúa». Este fin de semana continuará la segunda parte en Somport. «Acude al cursillo gente que hace montaña en verano. Ahora el escenario es distinto. Buscamos las herramientas para que se progrese en seguridad», afirma Ayllón.

El Club Pirineista Mayencos ya ha realizado su cursillo. Se realizó uno teórico en un aula del club y el practico en Astún en colaboración con A Lurte. Trató del manejo del ARVA, la organización del autorrescate, sondeo, paleo y búsqueda en caso de avalancha. También se hará un curso de esquí de montaña y esquí en fuera de pistas.