José Manuel Calderón ya se veía casi con un anillo en el dedo. Su fichaje por los Golden State Warriors, tras rescindir su contrato con Los Angeles Lakers, estaba atado. No podía recalar en mejor equipo para ganar el título de la NBA. Stephen Curry, Kevin Durant, Klay Thompson... Y él, a reforzar desde el banquillo la posición de base. La lesión de Durant en el último partido de los Warriors ha forzado a la franquicia californiana a cambiar de planes de manera inmediata. Necesitan apuntalar la posición de alero (lo harán con Matt Barnes) y prescindir por tanto de Calderón. No hay plaza para él. El español firmará, cobrará lo acordado y al ser despedido podrá fichar por otro equipo.

La lesión de Durant supone a la vez un cambio radical en el panorama de la NBA y en la competencia por el título. Sin Durant, que de momento es baja para un mes por un problema de rodilla, los Warriors pierden mucho potencial. Es el equipo con mejor balance de victorias y derrotas (50-10) y el alero, cuyo traspaso de Oklahoma a Golden State sacudió la NBA en verano, era hasta la fecha el máximo anotador del equipo con 25.8 puntos por partido de media.

Paralelamente, los Cleveland Cavaliers, vigentes campeones, se ha reforzado sustancialmente con la contratación del base Deron Williams, una gran estrella venida a menos pero todavía hoy con mucha calidad. Puede ayudar mucho a Lebron James, Kevin Love y Kyle Irving. También llega el australiano Bogut.