Era carrera para un doblete de Ferrari, para acabar con ocho años de sequía de triunfos en casa. Los dos coches rojos partían primero y segundo, pero Lewis Hamilton extrajo la mejor versión de su enorme talento para acabar con el sueño de la Scuderia. El chico de Tewin se deshizo de Sebastian Vettel en la primera vuelta, y sentenció a Kimi Raikkonen a cinco del final. El piloto de Mercedes ofreció una exhibición de pilotaje al mismo tiempo que Vettel alargó su leyenda negra de fallos cuando la presión le acogota. El alemán se quedó último en su intento de resistencia al adelantamiento de Hamilton en el primer giro, pero pudo remontar hasta la cuarta plaza para minimizar daños en un Mundial en el que pasa de 17 a 32 puntos de desventaja frente a su gran rival.

Las dudas sobre el rendimiento de Vettel bajo presión aumentaron cuando el alemán se tocó con Lewis Hamilton al llegar a la variante de Ascari en la primera vuelta. El piloto de Mercedes se emparejó con el Ferrari en la frenada de la chicane, lo intentó por fuera y Vettel no encontró sitio, pero no cedió. Vettel dañó su alerón delantero y se vio en dirección contraria esperando ver pasar todo el pelotón. El coche de seguridad hizo su entrada para limpiar los restos del toque y dio oxígeno a Vettel, que pudo entrar a cambiar el alerón para regresar último sin perder contacto.

Hamilton atacó a Raikkonen en la reanudación y llegó a adelantarle, pero el finlandés, en su mejor versión, recuperó el liderato mientras Vettel iniciaba la remontada desde atrás. Ya era décimo en el giro 17 y se detuvo en la vuelta 21 para evitar el undercut de Mercedes después de que los mecánicos de la flechas de plata amagaran en el box para un cambio de Hamilton. Fue una pantomima para hacer entrar al Ferrari antes. El alemán comenzó a volar, pero Mercedes eligió mantenerlo en pista más vueltas, quizá esperando un coche de seguridad o que algunas gotas se concretaran en más lluvia. Nada de eso ocurrió, y Hamilton hizo su parada para regresar por detrás. Así que lo que único que pudieron hacer en Mercedes fue mantener en pista a Bottas sin hacer su parada para intentar taponar a Raikkonen. Y no fue poco.

Bottas hizo su trabajo de tapón hasta a 15 vueltas del final, cuando Kimi Raikkonen había sobrecalentado sus neumáticos traseros hasta hacerle dos ampollas que hicieron sonreír a Hamilton, que refrigeró su coche durante cinco vueltas y comenzó a cocinar el ataque. Fue en la vuelta 45, a ocho del final. El inglés completó otro adelantamiento al límite, en la primera chicane, por fuera y Raikkonen se defendió con tanta garra como limpieza. «Nunca nos rendimos. Me sacudí la negatividad inspirándome en las banderas británicas que veía en la grada», sentenció Hamilton.