El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, aseguró ayer que no descarta modificar la ley para endurecer las penas, aumentando la multas que actualmente se aplican para los hechos relacionados con el racismo y la xenofobia en los estadios. Las sanciones oscilan habitualmente entre los 600 y los 6.000 euros, excepto la de ayer al Real Zaragoza, que se elevó a 9.000 euros, aunque podría haber llegado a los 18.000. "Pero será un proceso lento que hay que madurar", advirtió el dirigente sobre el incremento de los castigos.

Lissavetzky recordó que hay un protocolo de actuaciones aprobado el pasado mes de marzo, pero añadió que existen una serie de medidas que necesitan de la colaboración del Ministerio del Interior. "Ya hemos hablado para seguir esta línea", aseguró. El secretario de Estado dijo que había que avanzar en varios frentes, entre ellos en la identificación de los que hacen manifestaciones racistas y en pedir el compromiso de los jugadores y árbitros para crear un buen ambiente. Respecto a la actuación del árbitro el pasado sábado en el partido que enfrentó al Zaragoza y al Barcelona, y en el que Etoo intentó abandonar el estadio por los gritos racistas, dijo que actúo muy bien "al agotar todos los cauces posibles para evitar que el jugador abandonara el terreno de juego".

La selección española prestará su imagen en el partido de hoy contra Costa de Marfil, durante el cual se pasará por los marcadores el vídeo Unidos contra el Racismo, producido conjuntamente por la UEFA y CECRA (Comisión Española contra el Racismo). Otros organismos enviarán hoy observadores al partido, en Valladolid.