A partir de ahora los documentos oficiales no denominarán al pico más alto de la cordillera de los Pirineos como el Aneto, sino como Tuca d’Aneto. El Posets pasará a denominarse Punta de Lardana, la Munia como pico de l’Almunia Gran, el Rusell pasa a llamarse Tuca d’el Cap de la Vall, el Monte Perdido se denominará Punta de Treserols y el Soum de Ramond se conocerá desde este verano como Punta d’Añisclo.

No es un chiste ni una broma de mal gusto. Al menos gran parte del montañismo aragonés no se ha indignado excesivamente y se lo ha tomado como una serpiente de verano que se olvidará con el paso del tiempo. La noticia llegó hace pocos días, el pasado 6 de junio. El Gobierno de Aragón por medio de una Comisión Asesora de Toponimia de Aragón rebautizó las 160 montañas de más de tres mil metros del Pirineo Aragonés atendiendo a argumentos toponímicos. Presentó el Proyecto Tresmiles José Luis Soro, consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, junto a miembros de la comisión y representantes de la empresa Prames. Estas denominaciones serán de uso obligatorio en la cartografía oficial elaborada por el Instituto Geográfico de Aragón y por el resto de administraciones aragonesas.

Las reacciones

Personas vinculadas con el montañismo aragonés decidieron reaccionar ante esta lista institucional. Se inició una recogida de firmas en la plataforma change.org pidiendo al Gobierno de Aragón que dé marcha atrás a su intención. Entre ellos destacan pirineístas como Alberto Martínez y Eduardo Sánchez Abella, montañeros como Fernando Garrido o cargos institucionales como José Masgrau. «Con la plataforma hemos decidido lanzarnos al monte. Hablamos entre nosotros, pero esto es anarquía pura. El resultado final ha sido sorprendente porque han puesto nombres que nadie tenemos ni idea de dónde los han sacado. Nos molesta que hayan amordazado a los montañeses de antaño. Estoy seguro que no han consultado los textos de pirineístas», afirma con dureza Alberto Martínez.

A Luis Masgrau, presidente de la territorial, tampoco le ha gustado la lista institucional. «Desconozco porqué no ha habido un periodo de información pública y no ha habido ocasión que clubs de montaña y territoriales opinaran y alegaran. Pienso que la Federación Aragonesa tenía que haber formado parte de esa comisión. Creo que hay cosas que no se han hecho correctamente», explica Masgrau.

El dirigente se refiere al Pico Bachimala, en Chistau. «El Francia lo conocen como Schrader, un geógrafo ilustre. Por otro lado, nunca he visto a ningún pastor de Benasque que llamara al Aneto como Maladeta de Corones. Este tema tan delicado hay que abordarlo con la máxima prudencia, el máximo rigor científico y un amplio consenso», explica Masgrau.

El presidente de la FAM afirma que, de todas maneras, es conveniente un listado oficial. «De lo contrario cada editorial pondría el nombre que quisiera. Por ejemplo, en la lista de Buise ponía el nombre de sus amiguetes. La comunidad montañera con sus 180 clubs y 11.000 federados debería haber estado presente. Es un error de bulto no habernos invitado a esa comisión. Esto ha causado disenso en los montañeros. No se pueden borrar 200 años de pirineísmo. Muchos descubridores fueron franceses de la mano de gente de los valles como pastores», explica Masgrau.

Ramón Tejedor, presidente de Montañeros de Aragón, también se mostraba sorprendido por esta decisión institucional. «Es una lista controvertida. Me hubiera gustado que en la Comisión de Toponimia hubieran estado representados los clubes de montaña y la territorial. No comparto el nombre que se ha dado a muchos de esos tresmiles. Poner exclusivamente el nombre aragonés cuando el oficial es el castellano no me parece razonable. Jamás entenderé que al Aneto le pongan el nombre de la Tuca d’Aneto. Espero que reconsideren esta decisión.», explica conciliador Ramón Tejedor.