—Penúltimos con 18 puntos y con dos de los últimos 27 logrados. ¿El Lorca llega a Zaragoza en una situación agónica?

—El momento es fastidiado, pero sabemos que en La Romareda hay una nueva oportunidad de mostrarnos como equipo y a nivel individual. Es una ocasión muy bonita en un estadio importante y ante mucho público. Matemáticamente descendidos no estamos aunque la gente de fuera puede pensar que ya estamos en Segunda B, pero nosotros no vamos a tirar la toalla bajo ningún concepto. Y vamos a pelear hasta el final, esté descendido el equipo numéricamente o no. Hay que competir y jugar, no hay otra.

—El intangible siempre es defender el orgullo y una camiseta.

—Claro, defender a la institución y lo que cada jugador lleva dentro. Estamos en una situación muy jodida, pero eso no implica que no seamos profesionales. Hay que pelear y dar el máximo.

—El Lorca se termina de hundir en enero, con 13 salidas y 9 fichajes, ¿no?

—Lo que se vivió en el Lorca no se conoce mucho fuera, pero fue una terrible aberración lo de enero. A principios de ese mes se dio una cantidad de bajas enorme, se montó una lista de salidas, apareció un señor (Félix Moneo) que dice que va a comprar el club, que desestabiliza todo, se dan bajas, no se ficha a nadie hasta los últimos días de mercado, que sí llegaron algunos, y el equipo se desmantela pendiente de él, que en teoría venía con dinero y con jugadores. Eso fue un batacazo para el vestuario y el equipo.

—También el propietario, Xu Genbao, no ha ocultado su intención de vender el club.

—Es una persona extraordinaria, conocedora del fútbol, exseleccionador chino y un monstruo allí. Y es una buena persona, leal y pagadora. Quizá no se ha enterado todo lo que tenía que haberse enterado de todo lo que se estaba cociendo. Es que ha sido rocambolesca toda la destrucción del equipo en enero.

—¿Es verdad que lo fichó por las sensaciones al tocar su foto?

—Yo no sé absolutamente nada de eso, pero, ¿a mí no se me puede elegir por mi currículum, por los dos ascensos con el Granada hasta Primera, por haber demostrado mi trayectoria, quizá no ahora pero sí sobradamente anteriormente y con acierto? Todo eso primará y se valorará para ficharme. Vamos, creo yo.

—¿Cómo ve al Zaragoza?

—Ha pasado por muchas dudas, pero su técnico es magnífico y también Bernardo (Tapia, segundo entrenador), que lo tuve en el Manlleu y en el Lugo. Natxo conoce mucho lo que lleva entre manos y dio con la tecla. Tiene una gran personalidad, sabe a qué juega y de ahí los resultados ahora. El Zaragoza es de los equipos que más va hacia arriba.

—El ‘playoff’ parecía una quimera. ¿Cree que lo alcanzará?

—Su estado de ánimo es sensacional y está en el momento, con muchos puntos y victorias seguidas. Está compitiendo bien y en el último tercio de la Liga es donde se consiguen las cosas. Igual que hay equipos que van para abajo, como Lugo, Numancia o Cádiz, la antítesis de ellos ahora es el Zaragoza. Si sigue así, en esta línea, seguro que irá al playoff.

—¿Le preocupa Borja Iglesias?

—A mí me preocupa el rival en líneas generales. Borja está en un momento extraordinario, es de los mejores delanteros de Segunda junto a Raúl de Tomás.

—Su carrera, en los últimos años ha pasado por Grecia, Bolivia, Ponferradina, Racing, ahora Lorca... Con poca suerte en todos.

—No la he tenido en absoluto, tras salir de Granada no he sabido seleccionar bien los equipos donde ir y eso me ha pasado factura, ya que he aceptado ofertas de clubs que estaban realmente mal.

—Es un entrenador valiente…

—Sí, pero es que hay que trabajar. Yo soy un técnico táctico, que vive del juego del equipo y no me han salido bien las decisiones.

—En su carrera hay dos pasos por el Huesca, en 2005 y en 2012, y en los dos se fue. ¿Tiene alguna espina clavada con ese club?

—No diría tanto. En la primera etapa salió lo de Almería, que estaba en Segunda, pero ese cambio no fue bueno. Posiblemente me equivoqué. Y en el 2012 también. Me arrepiento sobre todo de la última vez, fue un error, no estuve correcto y, si tengo que pedir perdón, lo hago, no se me caen los anillos. Le deseo todo lo mejor y están cerca de subir.