La principal novedad del Tecnyconta Zaragoza fue su banquillo. Pep Cargol tomó las riendas del equipo ante la ausencia de un nuevo técnico tras la salida de Jota Cuspinera y, lo que parecía una solución interina, puede tener continuidad. Tras su victoria ante el Obradoiro el entrenador gerundense tiene muchas opciones de estar también al frente del equipo el próximo domingo en San Sebastián y aplazar así la decisión del fichaje de un nuevo técnico aprovechando la inminente ventana FIBA. De momento su estreno no pudo ser mejor con un triunfo vital ante el Obradoiro.

No hizo grandes cambios ni hubo muchas novedades, al fin y al cabo la plantilla sigue siendo la misma. Sí modificó Cargol las rotaciones del equipo, aplicando una aparente lógica a sus decisiones, a la mayoría de ellas al menos, intentando aprovechar al máximo sus recursos. La única variación en el quinteto inicial fue la presencia de Suárez en lugar de Dragovic, explicada después por las molestias en la rodilla del montenegrino. A partir de ahí Cargol repartió minutos entre todos sus jugadores en busca de un mejor ánimo colectivo.

Así lo explicó al menos después del partido. «El trabajo de la semana estaba enfocado a involucrar a cuantos más jugadores mejor tanto en ataque como en defensa. Creo que se ha visto en el compromiso de los jugadores, que han dado un paso adelante en cuanto a compromiso, trabajo, intensidad, compartir el balón...» enumeró el técnico. Después tuvo que tomar decisiones, claro. McCalebb fue de lo mejor del equipo, Neal aparte, durante casi todo el partido. Pareció que Cargol iba a reservarlo para los minutos finales, pero entonces apareció la mejor versión de Bellas y el entrenador apostó por el madrileño. «Tanto Tomás como McCalebb han hecho un gran trabajo. Han apretado muy bien, han defendido a Thomas, Navarro… Su desgaste físico ha sido importante y hay que estar muy contentos con su esfuerzo, al igual que el de todos los jugadores. Se han sacado un peso de encima y han sacado el partido a base de lucha y coraje ante un gran rival», indicó.

Cargol no apostó por los dos bases juntos más que en un momento puntual antes del descanso. En cambio, sí juntó muchos minutos enla pista a dos pívots, intentando contrarrestar la gran altura del juego interior gallego. «Teníamos desventaja de altura y teníamos que compensarla de alguna forma. Con Llovet y Radovic podíamos adaptarnos, pero hemos optado por jugar con De Jong junto a Varnando o Juanjo Triguero. Nos ha ido bien, hemos jugado al poste bajo, controlando mejor el rebote, podíamos ayudar un poco más a Neal en la defensa de Bendzius... Colapsar mejor para rebotear», resumió.

Cargol insistió mucho en sus elogios al equipo, al colectivo, incluso por encima del MVP. «El partido de Gary es el que es, pero arropado por sus compañeros. Uno no gana los partidos solo: cada vez que ha salido liberado, es porque alguien le ha puesto un bloqueo», recordó. Sobre su futuro, únicamente indicó que va a pensar en preparar el siguiente entrenamiento. «Nos merecemos sonreír un poco todos: nosotros, vosotros, la afición. Eso también ayuda a crecer. Hoy podemos estar contentos, pero ya tendremos que prepararnos para el siguiente partido, que ya es el más importante. La clasificación será la que sea pero tenemos que trabajar e ir a San Sebastián», concluyó Pep Cargol. Una solución de urgencia que ahora puede tener continuidad.