Dio igual que ayer Agapito Iglesias no estuviese en el palco de La Romareda. La afición no se olvidó de él y mostró su repulsa hacia su gestión antes y después del partido. Sobre todo cuando los dos goles del Alcorcón hicieron que 200 aficionados se agolparan a la salida de los vestuarios del Real Zaragoza para abuchear ya no solo al espíritu del máximo dirigente del club, sino también a Javier Aguirre y a sus pupilos. A todos aquellos que han llevado al equipo a esta delicada e insostenible situación que empieza a ser ya denigrante. Incluso la Policía se vio obligada a intervenir cuando Pablo Barrera se dispuso a abandonar las instalaciones. Solo Roberto, el ya denominado en más de una ocasión como El salvador, recibió el apoyo de una afición que no tiene ya a que aferrarse.

Agapito no estuvo en cuerpo presente, pero sí en la mente de las 5.000 personas que acudieron ayer a La Romareda para alentar a su equipo en una competición que siempre ha despertado la ilusión de los zaragocistas. Antes de comenzar el partido una pancarta, por parte del Movimiento Avispa, resumía el sentimiento de la grada con un "No huyas ríndete". Mientras, un aficionado mostraba en sus manos un amplio letrero en el que se podía leer "Hartos de mentiras". No obstante, la grada casi desierta comenzó el partido empujando a su equipo con un "¡Alé Zaragoza, Alé!" hasta que el transcurso del encuentro, teñido de un negro tétrico para el Real Zaragoza, le obligó a transformar los ánimos en pitidos. En abucheos que no solo se centraron en la persona de Agapito Iglesias sino también en Javier Aguirre y en la propia plantilla zaragocista.

Más culpables

El presidente del Real Zaragoza informó el pasado lunes a través de un comunicado que no acudiría en los próximos encuentros a La Romareda para no desviar la atención de los aficionados y centrar así todos sus esfuerzos en animar a la plantilla. Después de la derrota de ayer ha conseguido todo lo contrario. La grada buscó más culpables. El primer gol de los alcarreños terminó por desatar la ira que lleva invadiendo a los zaragocistas desde hace cuatro años y por primera vez se señaló en voz alta al entrenador con un "Aguirre vete ya". Después de once partidos sin celebrar una victoria, con 1 punto de los 27 posibles y la eliminación de la Copa los cambios han de llegar y ayer la grada señaló al que también considera responsable de esta hecatombe zaragocista.

Pero no solo Agapito y Javier Aguirre abandonaron ayer La Romareda escaldados. También lo hicieron los jugadores. La afición zaragocista, la que siempre alentó a su equipo, hastiada ante un partido sin fútbol no dudó en pitar a Paredes después de devolver el balón a Roberto en varias ocasiones en las que no había peligro. También señaló a Antonio Tomás tras ser sustituido por Kevin Lacruz y a Barrera al salir del vestuario. Solo el guardameta recibió el apoyo de las 200 personas que permanecieron en los aledaños de La Romareda una vez concluido el encuentro. Mientras, Leo Ponzio, pese a ser el capitán, no quiso dar explicaciones de lo ocurrido evidenciando así que no merece el brazalete.

El resto de jugadores, sin ser apuntados directamente, no corrieron mejor suerte al tener que escuchar "esta camiseta no la merecéis" y algo todavía mucho más profundo: "Pasan los años, pasan los jugadores, la directiva mañana ya no está... yo quiero al club, quiero a la camiseta y los mercenarios se tienen que acabar".