La llegada de Luis Guil al banquillo del Tecnyconta Zaragoza no ha mejorado la trayectoria del equipo aragonés. Los números del sevillano son peores que los de Andreu Casadevall: gana menos partidos, el equipo anota menos puntos y recibe más y, lo que es más importante, todavía no ha conseguido sellar la permanencia en la máxima categoría. Se lo juega en las dos últimas jornadas con el único reto por delante de conseguirlo por méritos propios, es decir, ganando en Manresa, y no por deméritos del Betis.

El club decidió despedir a Andreu Casadevall después de la jornada 23, tras la derrota en Fuenlabrada. Los números y la trayectoria del equipo le daban la razón. El Tecnyconta era decimocuarto con siete victorias en 23 jornadas, dos de ellas logradas en los diez partidos precedentes y, en el último mes, la media de puntos recibidos por partido alcanzaba la centena. Casadevall se despidió con un 31,8% de victorias, 76,2 puntos a favor y 80,6 en contra.

El elegido por el club para reemplazar al técnico de Santa Coloma fue Luis Guil. El sevillano lleva ya ocho jornadas al frente del Tecnyconta en las que solo ha ganado dos partidos frente a dos rivales directos, el Obradoiro y el Joventut. El Tecnyconta no solo no ha mejorado desde entonces sino que se encuentra algo peor. Guil lleva un 25% de victorias con una media de 75,6 puntos a favor y 84 en contra y el equipo es decimoquinto jugándose la última plaza de descenso que queda con el Betis.

El Tecnyconta Zaragoza entró en una caída libre desde Navidades a la que todavía no ha puesto freno. El equipo aragonés llegó a la jornada 12 con cinco victorias y siete derrotas, un balance muy justo pero que invitaba a cierto optimismo por el comportamiento del equipo, que había podido sumar un par de triunfos más por el camino tranquilamente. Sin embargo, desde la decimotercera jornada la temporada se hizo una cuesta abajo que aún no ha terminado.

En las 18 jornadas que ha disputado desde entonces el Tecnyconta solo ha sido capaz de ganar a rivales directos, es decir, a los últimos cuatro clasificados de la Liga Endesa, siempre en casa y siempre con la sensación de hacerlo porque enfrente no había un oponente mejor. Desde aquel 18 de diciembre en el que el Tecnyconta superó al Morabanc Andorra en el Príncipe Felipe el equipo solo ha sido capaz de sumar cuatro triunfos más frente al colista Manresa, necesitando una prórroga, contra el Betis remontando 15 puntos de desventaja, ante un mermado Obradoiro y frente al Joventut, que tuvo la última posesión para intentar empatar el partido.

Una caída libre que ha llevado al Tecnyconta a jugar por no descender cuando había concebido una plantilla de media tabla y, con un poco de suerte y en el mejor de los casos, poder pelear por asomarse al playoff. El club intentó frenarla con un único cambio, el del banquillo, que se ha revelado ya como insuficiente. El equipo no ha mejorado en estos dos meses con Luis Guil ni en el juego, ni en las sensaciones que deja ni en lo único que al final cuenta en la clasificación, los números y las victorias.