Los flamantes campeones de España no faltaron a la cita del Memorial Toño García Cebadera. Llegaron doloridos al pabellón del Helios Agustín Fuentes, Paco Poblador, Carmelo Postigo, Javier Ariño, Mariano Soriano... Les esperaba una cita tradicional como es el Memorial Toño García Cebadera, que se celebra en recuerdo del jugador marista fallecido en plena juventud. Fuentes no pudo jugar, dolorido en su pierna izquierda y pitó todos los partidos. Ariño tenía un golpetazo en las costillas y se puso en la mesa que controlaba el tiempo.

Se enfrentaron desde las once de la mañana y hasta las dos y cuarto Maristas, Balonmano Zaragoza y dos equipos de Agustinos. Se ha incorporado esta cantera recordando la fatal noticia de la inesperada muerte el pasado mes de marzo de David Andrés. «Era una persona muy querida en el mundo de balonmano. La idea no partió de Agustinos, sino de la organización», explica Santi Abad, el responsable de Agustinos. «Andrés tenía un gran sentido del humor y era una persona excelente. Como entrenador era muy bueno y daba consejo a niños y a mayores», explicaba Abad.

Uno de los primeros que llegó al pabellón fue Luis Pedrero. Tras la muerte de Alfonso Mateo, el técnico de Maristas, es la historia viva del balonmano aragonés con sus 78 años. «Toño García Cebadera jugó a balonmano desde chico y era una maravilla. Era lateral y tenía un buen tiro. Jugaba en Helios de División de Honor y se murió de manera repentina», afirmaba Pedrero. Juanma Giménez Múgica nunca olvidará a García Cebadera. «Nos poníamos detrás de una de las porterías del antiguo colegio de Maristas de San Vicente de Paúl y lanzaba unos cañonazos increíbles». Por Maristas no faltaron además de los hermanos Múgica, Roberto Miana, Pepe Martínez, Pedro Luis Domingo, Javi Arteta, Toño Barredo, Luis Tobajas, José Benito, Diego Losada, Fran Gran y Nacho Sánchez, que juega como portero en el equipo de Primera.

El objetivo de la mañana era muy claro. «Lo importante es divertirnos y no lesionarnos ninguno. Esa es la clave», afirmaba el primera línea Iñaki Giménez.

En la primera semifinal Maristas venció a Agustinos y en la segunda el otro equipo de Agustinos se impuso al Balonmano Zaragoza. Tras la disputa del tercer y cuarto puesto llegó la gran final. Agustinos, que presentó su equipo de Segunda Nacional, venció por 16 a 14 a un diezmado Maristas que tuvo que jugar con Juan Manuel Giménez Múgica contracturado. Y después Javier Ariño entregó las botellas de vino como premios.