Los italianos están frotándose las manos. Marc Márquez (Honda) y Maverick Viñales (Yamaha), los dos favoritos para conquistar el título de MotoGP, se han peleado. Bueno, si escuchas a Márquez, él no se ha peleado, el que se ha enfadado, y mucho, ha sido Viñales. El tricampeón de Cervera no quiere guerras que le distraigan de la persecución de su cuarto título en cinco años. Pero lo cierto es que MVK ha dicho que ha tomado nota. «Me la guardo para próximas qualis, ahora ya sé dónde está el límite con este piloto».

Los italianos, que tiffan por Andrea Dovizioso (Ducati), líder de MotoGP, y Valentino Rossi (Yamaha), ven en el choque, bueno, en el toquecito, vivido por Márquez y Viñales en el último ensayo, un conato de guerra que los distraiga, los debilite. «Si lo que me buscaba eran las cosquillas, no me las encontrará, pero, tras pasarme, me ha tirado la moto encima o ha pretendido frenar, apoyándose en mi moto», dijo Viñales.

«En ese punto, tenía de referencia a Cal (Crutchlow), aún buscaba una última vuelta rápida —contó Márquez, que logró, al final, su tercera pole del año tras Argentina y Austin— y, tal vez, él hacía en esa segunda curva otra trazada. Creí que se había abierto mucho y he trazado por dentro; de pronto, él ha regresado al centro de la pista y nos hemos tocado, pero lo importante es que no nos hemos caído. Le he pedido disculpas». Ya, se le dijo a Márquez, pero Maverick te ha tomado la matrícula. «Bueno, bueno, en caliente se dicen muchas cosas».

Los italianos han visto ahí una mina a explotar. Y ya sabemos cómo se las gastan estos chicos ¿a qué sí? De momento, hoy (14.00 horas) Márquez y Pedrosa (Honda) arrancarán desde la primera fila; el Doctor desde la última posición de la tercera y Dovi desde la cuarta. Eso sí, tienen a Danilo Petrucci (Ducati satélite), el prota del Mundial, un tipo corpulento, polizia, que será el jamón entre Marc y Dani en la primera línea.

En la agenda del tricampeón Márquez, Sachsenring, como Austin (Texas, EEUU), está marcado con rojo. «Aquí se puede ganar, aquí es donde debo apretar, aquí es donde hay que arriesgar, aquí es donde puedo marcar la diferencia», cuenta, recordando que los cálculos pasan por podio cuando toca podio e intentar la victoria cuando toca victoria. Siete poles y siete victorias consecutivas desde el 2010 hasta hoy significan que Sachsenring es, en efecto, uno de sus jardines, como Barcelona, Phillip Island, Misano o Mugello lo son de Rossi.

Pero no todo depende de Márquez. Ni de Pedrosa. «¡Ojito! porque Dani aquí va muy bien y me puede complicar, la carrera, la victoria», dice Marc. Ni de Rossi. «Como llueva, estamos en la mierda», dice el italiano. Ni de Viñales. «Prefiero que la carrera sea en seco, por supuesto, no sé qué pasa que, en mojado, nuestra Yamaha no va bien». Ni de Dovi. «Si la carrera es en seco, hay una decena de pilotos en 22 bajos; si es en mojado, habrá que ir con cuidado y buscar puntos».

Favorito número uno: Marc Márquez. Lleva siete años como emperador de esta pista: «¡Ojalá pueda seguir con esta racha, pero...!». Pero hay cuatro jabatos (Dovizioso, Viñales, Rossi y Márquez), en 11 puntos. Perdón, perdón, cinco (está Pedrosa), en 28. E igual llueve. O hace sol. O llueve y hace sol. Y Marc y Maverick, picados. ¡Uf!