Marcelo Silva es la primera baja de cierta gravedad de la temporada 2016-17. El central uruguayo se rompió el pasado martes en el amistoso que jugó el Real Zaragoza en Almudévar, partido que tuvo que abandonar por molestias musculares cuando solo llevaba 25 minutos sobre el césped. Aunque en un primer momento no se le dio mayor relevancia a la lesión, una resonancia magnética nuclear ha puesto de manifiesto que sufre una rotura de fibras en el aductor de su pierna derecha. La traducción a tiempo se lee en al menos tres semanas de ausencia, lo cual le deja prácticamente descartado para el debut liguero, el Zaragoza- UCAM Murcia, el 22 de agosto en La Romareda.

La lesión tiene notable importancia para Luis Milla, que solo tiene tres hombres que se desenvuelvan específicamente en la posición de central. Además de Marcelo Silva, cuenta con el joven rumano Razvan Popa y el uruguayo Leandro Cabrera, que aparece habitualmente en las opciones de mercado de algunos conjuntos europeos.

La idea inicial del club era reforzarse con un cuarto central a lo largo del verano, aunque en función de las opciones y necesidades, no se descartó la posibilidad de aguantar la plantilla con solo tres hombres para el centro de la zaga. Se pensaba que Diego Rico, el lateral zurdo que ya ha actuado en más de una ocasión en esa plaza, podría cubrir ese lugar ante una supuesta necesidad. Milla, no obstante, sí quiere otro central para completar la parte defensiva, además del delantero que se espera para el final del mercado de verano.

La lesión de Marcelo Silva puede animar al Zaragoza a activar definitivamente la opción de contratar a otro central. El uruguayo ya dijo en su presentación que prácticamente no había trabajado físicamente durante el verano. «Cuando terminé la temporada pasada en el Valladolid tuve una operación para arreglar un desvío en el tabique nasal y he estado bastantes días sin hacer nada. Los entrenamientos de calidad los voy a hacer ahora para recuperar fondo y aire para estar al máximo nivel el resto de la temporada», admitió Silva, que ahora volverá a perder el ritmo de sus compañeros tras comenzar la pretemporada con dos semanas de retraso.