Era el Gran Premio de Finlandia. Circuito de Imatra. Era el mítico Giacomo Agostini, el que acabaría ganando 15 títulos y 122 grandes premios. Nadie ha ganado tanto. Aún. Y, sí, el gran Ago lo consiguió: octava victoria consecutiva sobre el asfalto finlandés. Ángel Nieto ganaría 15 veces en Assen, pero en años alternos. Valentino Rossi ha ganado siete veces seguidas en Mugello. Pero solo este joven de 25 años, nacido para correr en moto, capaz de romper todos los récords de precocidad de la historia, incluso aquellos que poseían leyendas como Kenny Roberts y Freddy Spencer, de nombre Marc y de apellidos Márquez Alentá, fue capaz ayer, ante la mirada de Mick Doohan y Kevin Schwantz, otros campeones históricos, ganar nueve veces seguidas en Sachsenring, la vieja RDA, la nueva y unificada Alemania.

«¡Te quiero Sachsenring!», se le oyó gritar desesperadamente desde el podio a Márquez, mientras volaba por los aires y Rossi, no podía ser otro, se conformaba, otra vez, con la migajas de ser segundo, todo un triunfo para el que, con 115 victorias, persigue el récord de Ago y sufre la dictadura del niño de Cervera: en 99 carreras (en Brno, la primera semana de agosto, cumplirá el GP nº 100), ha ganado 40, con 47 poles, 70 podios y cuatro títulos mundiales de cinco. Lo nunca visto.

PARA PEDROSA

Como tampoco se había visto nada igual a lo de ayer en Sachsenring, con los seguidores de Rossi, amarillos, con camisetas del 46, rindiéndole pleitesía, o casi, en la curva donde Márquez celebró su 66ª victoria en el Mundial, bajándose de su Honda, escalando a la grada y mostrándole al público el gorrito de un comisario de pista con el 26 de Pedrosa «porque éste ha sido el fin de semana de Dani, al que, como referente mío que es, le dedicó esta victoria». Pudo habérsela dedicado a mucha gente, pero escogió a su compañero de box, que se jubila en noviembre.

Márquez, que había sido segundo y quinto el viernes, sexto y décimo el sábado en los ensayos previos a la cita con la pole donde destrozó su propio récord del 2015, estaba harto de que le dijesen por el paddock de Sachsenring que era The King of the ring. «Todo Dios me preguntaba por cuántos segundos les iba a ganar . ¡Cómo si yo fuese Superman!» El caso es que no solo lo ven con la capa voladora. Sus rivales empiezan a creer que tiene algo de Spiderman por cómo salva las caídas, mucho de Batman por lo que corre su moto (o cómo él la hace correr, pues las otras Honda siempre quedan muy atrás), un aire de Ironman por lo fuerte que es y mucho de Capitán América, pues siempre que ha corrido en EEUU (Laguna Seca, Indy Austin), siempre, las 10 veces, ha ganado.

Este Márquez que se va de vacaciones con medio título en el bolsillo, ganó ayer en Alemania cómo, cuando y de la forma que pronosticó. «El problema», explicó Danilo Petrucci, que trató de irse con él, «es que, cuando tú quieres hacer lo que hace él, te caes». Lorenzo y Petrucci se le adelantaron en la salida, pero Márquez tuvo paciencia, ni pizca (extrañamente) de precipitación. Fue tercero cuatro vueltas. En la quinta, superó a Petrux y, en la 13ª (de 30 vueltas), le hizo un interior brutal a Lorenzo. Y luego se paseó por su jardín alemán.