La segunda parte del informe McLaren, hecho público este viernes en Londres, ahonda en las malas prácticas realizadas sistemáticamente en Rusia en torno a los controles antidopaje para favorecer a los deportistas locales.

El informe del abogado canadiense Richard McLaren, encargado por la Agencia Mundiual Antidopaje (AMA) y que ya tuvo su primera parte el pasado 18 de julio, en vísperas de los Juegos de Río 2016, desvela que más de 1.000 deportistas rusos participantes en Juegos Olímpicos de verano y de invierno, y también en los Juegos Paralímpicos, se beneficiaron de un sistema institucionalizado que favorecía el dopaje y falseaba los controles antidopaje de forma sistemática para favorecer a sus deportistas. Eso sucedió en el periodo entre los años 2011 y 2015, incluyendo los Juegos de invierno de Sochi del 2014.

La revelación tendrá consecuencias imprevisibles en el deporte ruso, después de que más de sus 100 deportistas ya no pudieran participar en Río (entre ellos todos los atletas y halterófilos) precisamente como consecuencia de la primera entrega del informe McLaren.

"Fuertes pruebas de un dopaje institucionalizado entre el 2011 y el 2015 que afectan a más de 1.000 deportistas y de 30 deportes" han sido encontradas por la investigación dirigida por el jurista canadiense, que hoy ha elevado sus conclusiones definitivas. Según estas, "una conspiración institucional fue puesta en marcha para los deportes de invierno y verano con la participación del ministerio de Deportes y de sus servicios, como la Agencia Rusa Antidopaje (Rusada) y el laboratorio antidopaje de Moscú, con la ayuda de los servicios secretos (FSB) con el fin de manipular los controles antidopaje y favorecer la conquista de medallas·.