El prepartido ya dejó algún mensaje codificado con los nombres de la convocatoria y alguno que se quedó fuera, en un gesto de autoridad inherente a la personalidad de Víctor Muñoz y a su conocida, y en este caso muy respetable, forma de entender la delimitación de funciones. Luego, el propio partido, que al final de esto se trata más que de lo otro, mandó varios recados ya descodificados y visibles, producto del juego y del rendimiento de algunos futbolistas en la primera y merecida victoria contra el Alavés.

La acumulación de lesiones en jugadores principales --Rico, Pedro...-- obligó a Muñoz a recomponer la banda izquierda original. Sus decisiones, tanto las del inicio como la que tomó en el descanso, condujeron a distintas conclusiones. Después de un comienzo dubitativo, Cabrera se asentó y mandó un mensaje de seguridad en el lateral izquierdo. Se dedicó solo a defender, sin incorporarse, pero su tarea la hizo bien. Otras tardes ese espacio estuvo peor cubierto. El dueño final del lateral izquierdo se está subastando. Nieto se colocó por delante del uruguayo, en el mismo lugar que la semana pasada. Jugó 45 minutos. Aún no está para este equipo.

En su lugar entró Eldin y se reivindicó. A ningún jugador le gusta ser solo esto, pero su rol puede acabar siendo el de microondas. Esa es su gran virtud: agita el juego en periodos cortos de tiempo. Se ganó minutos la próxima jornada. Como Willian José: buen partido incluso sin gol. Potencia, disparo y presencia, mejorando sensiblemente lo hecho hasta ahora. La dupla ofensiva de ayer repetirá muchas veces. Funcionó. ¿Y Whalley? Pues ahí aguanta. Y parando muy bien...