Se despide el Barça de la fase inicial de la Champions relamiéndose aún las heridas del clásico. Con todo decidido (es primero de grupo y jugará la vuelta de los octavos de final en el Camp Nou), Luis Enrique mira más a Pamplona. «A mí, ganar al Borussia me importa tres narices porque ya somos primeros, tengo otros objetivos prioritarios”, afirmó con vehemencia el técnico azulgrana.

Se le entendió todo. No le falta razón, por mucho que se pueda discutir tal enérgico y, poco protocolario, discurso. Jugarán Messi(«sí, saldrá de inicio», confesó Luis Enrique) y 10 más. Europa es ahora, por lo tanto, un asunto absolutamente prescindible.

DOSIFICANDO JUGADORES

Le sirve al técnico para dosificar jugadores (dará descanso a Piqué, además de los sancionados Neymar, que arrastra molestias musculares, y Rakitic), abrir la puerta para los secundarios que están defraudando (no fueron capaces ni de ganar al Hércules en la Copa) y tener 90 minutos irrelevantes ante un Borussia absolutamente deshauciado.

Solo anda en juego un millón y medio de euros por la victoria. Será una noche de relax, aunque Messi, con nueve goles en cuatro partidos de Champions (se perdió por lesión la ida en Alemania), no descansa nunca, intentando quitarle el récord de Ronaldo, que sumó 11 en una liguillas. Luis Enrique no está para esos récords.

«Ganar es la medicina de todos los males», proclamó el asturiano, quien después, al ser preguntado, en que consistían no aportó ninguna luz. «¿Males? No, no veo males, solo veo situaciones que se pueden mejorar futbolísticamente», precisó.

Por mucho que al técnico no le importe esta última cita europea antes de que los cruces de octavos de final en febrero empiecen a marcar las verdaderas fronteras, el Barça sí que necesita frenar esa racha de malos resultados: cuatro empates y una victoria. «Entiendo que para los jugadores ganar sería un efecto de moral para disipar la nube que se cierne sobre el equipo», admitió Luis Enrique, quien no da síntomas de estar excesivamente preocupado.

«Estamos en los procesos lógicos y normales de una temporada. No conviene exagerar cuando encadenas tres o cuatro resultados excelentes ni cuando estás tres o cuatro partidos sin lograr la victoria. Así, al menos, lo veo yo desde el punto de vista profesional del entrenador».

EN DEFENSA DEL ESTILO

Feliz anda, eso sí, Luis Enrique por el rendimiento del Barça en Europa. «Hicimos una fase de grupos casi perfecta», recalcó el técnico, quien después al centrarse en la Liga eludió hablar de falta de actitud. «En ningún caso. Jamás vi falta de actitud. Si algo tiene este equipo es ambición», proclamó el entrenador azulgrana, defendiendo el vínculo con el tradicional estilo de juego azulgrana.

«Nuestro objetivo es ser superior al rival a través del juego asociativo y encontrar los espacios donde están. De esto podría estar hablando horas y horas», subrayó el técnico. “Esa ha sido mi esencia desde que empecé a ser entrenador en el Barça B», soltó para recordar que no reniega en absoluto de ese modelo de jugar.

Sergi Roberto piensa igual. Hasta con el mismo matiz, aunque Luis Enrique no lo dijera. «El estilo es siempre el mismo, aunque, a veces, se buscan soluciones para intentar llegar más directo», reconoció el lateral. ¿El motivo? Bien sencillo. «Jugando con los tres de arriba, con lo buenos que son, si puedes llegar más directo, llegas», asintió el defensa, mientras Luis Enrique da sensación de estar tranquilo pese a tener al Madrid a seis puntos: «No he visto ningún aficionado del Barça bajo de moral. Los veo súper optimistas».