Poco más de tres meses lleva Ernesto Valverde conviviendo con Leo Messi. Poco tiempo aún. Pero su vocabulario, por muy amplio que sea, no encuentra palabras para definir lo que sucede cuando se dirige al mejor jugador del mundo. Por ese proceso pasaron antes cinco entrenadores. Desde Rijkaard, quien lo hizo debutar el 16 de octubre del 2004 en Montjüic supliendo a Deco; Guardiola, con quien halló el paraíso; Tito, quien lo tuvo de niño primero y de adulto después; Tata Martino, en una compleja cohabitación pese a compartir su condición de rosarinos; y Luis Enrique, con el que tampoco tuvo una relación fluida aunque finalmente llegaron a un pacto.

«Se acaban los adjetivos para describir la trayectoria de Messi. ¡600 partidos! ¡Es una barbaridad!», exclamó Valverde, asombrado no únicamente por la descomunal cifra de encuentros con la camiseta azulgrana que alcanzará el genio argentino esta noche ante el Sevilla sino por la «extraordinaria» regularidad que ha demostrado en sus 14 temporadas en el Camp Nou. «No es lo que hace sino cómo lo hace todo».

«El acierto depende de 10 centímetros a la derecha o la izquierda», dijo el técnico tratando de arropar a Luis Suárez y su extraña ausencia de gol. «Es una cuestión de perseverancia y Luis es insistente. No se rinde nunca», subrayó Valverde consciente el técnico también de que le está pidiendo cosas nuevas en un paisaje nuevo para el 9.

Sin Neymar, ya en París desde hace meses. Sin Dembélé, a quien apenas pudo conocer el uruguayo, todo resulta más complejo porque Messi vive ahora más cerca del área que en los tres años con Luis Enrique. Sin una pata del tridente y más escorado, por necesidad del equipo, a la izquierda del ataque, Suárez sufre.

Valverde, que anunció que Dembelé no estará listo hasta el 2018, recupera a Iniesta, que horas antes de recibir el alta médica fue incluido por Julen Lopetegui en la lista de convocados de la selección. Hoy puede jugar cerca de Messi, que, a sus 30 años, alcanzará los 600 partidos de azulgrana, solo superado por Xavi (767 encuentros) y, precisamente, por Iniesta (642).

El Sevilla no será, según Valverde, un rival nada cómodo. Berizzo ya sabe cómo hacerle daño al Barça tal y como demostró en su época con el Celta. «Será peligroso, pero queremos llegar al parón con buenas sensaciones».