—¿Cómo está viviendo el momento del equipo, las seis victorias seguidas, la reacción?

—Con mucha ilusión. Es una racha tremenda. He tenido la suerte de ver casi todos los partidos del Zaragoza. Es un ejemplo más de que en el fútbol la paciencia es vital cuando ves que las cosas se hacen bien. Y se veía que se estaban haciendo bien desde principio de temporada. La paciencia, el trabajo y el hacer las cosas bien tanto Lalo Arantegui como el club con Natxo y también los jugadores. Así llegan los resultados. Veía partidos en la primera vuelta y no me podía creer que no ganáramos por cómo se jugaba. Me alegro mucho por ellos, también por el entrenador, que desde el primer día me ha dado una impresión fantástica de honestidad, sinceridad y normalidad y, por lo que sé, trabaja muy bien. Estoy muy ilusionado y solo deseo que no acabe esta racha.

—En esa ilusión no ha mencionado a la cantera, de la que usted salió y que es tan importante esta temporada.

—Eso es un orgullo. Yo he jugado tres años en el Athletic, que es lo que es por la gente que compone el equipo, con futbolistas criados allí que hacen que esa afición se sienta más partícipe de los éxitos y que también entienda mucho más cuando las cosas no van bien. El zaragocismo también ha sido más paciente este año por eso, porque ves jugadores como Pombo, Delmás, Zapa, Guti y Lasu y son muy reconocibles, ya que se han criado aquí. Si no les conoce un amigo tuyo, es el dueño de una tienda el que tiene algún vínculo, o es un vecino o un conocido de tu trabajo. Eso hace que el compromiso sea mayor y el sentido de pertenencia, también.

—Muchos clubs salieron de malos momentos con la cantera.

—Claro. El Espanyol de Tamudo, la Real Sociedad que sube a Primera o el Celta actual. Y además cuando eres un jugador que viene de fuera y ves un grupo sólido y fuerte de la cantera que tira del carro, aunque no quieras, te unes. Igual que esos cinco canteranos del Zaragoza no van a permitir que nadie en los malos momentos se baje del carro.

—¿Qué destaca de cada uno?

—Tanto Delmás como Lasure me sorprenden, ya que apenas fallan. Juegan responsables, conocen su posición y son regulares. Y además los centros que sacan me tienen impresionado. Zapa aporta trabajo, recuperación y cada vez está jugando mejor en combinación, haciéndolo ahora además en un rol diferente en el medio. Y a Guti lo veo un poco como el Ander de hoy, el de ahora, el que se ha tenido que reinventar en el Manchester.

—El Ander mediocentro, ¿no?

—Para ser un 10 de un equipo grande en la mediapunta tienes que meter 15 goles y dar otras tantas asistencias. Yo veía que eso era imposible, no lo he hecho nunca. Guti es el que más puedo ver que hace lo que hago yo en el United, que llega a las dos áreas, que tanto ataca como defiende. Y Pombo es el más talentoso, el que tiene uno contra uno. Es diferencial y debe conseguir, aunque ahora lo está haciendo, esa regularidad. Eso a los genios es lo que a veces les pasa.

—¿Cómo se imagina el día del ascenso?

—Visualizar siempre ayuda en una meta, pero soy muy supersticioso. La palabra ascenso intento ni mencionarla porque me da pánico. No quiero que la gente no se ilusione, pero me da miedo que haya exceso de confianza. Este domingo, cada persona que vaya al campo tiene que respetar al Sevilla Atlético, más aún con lo especiales que son los filiales al jugar sin presión. Y lo mismo con la Cultural, respetarla al máximo. Y también al siguiente rival. Y a todos. ¿Cuál ha sido el éxito del Atlético del Cholo? Pensar única y exclusivamente en ganar el partido que toque. Eso es lo que tiene que hacer el Zaragoza, los jugadores y la afición.

—Usted ya vivió un ascenso a Primera en el 2009.

—Sí, yo solo llevaba seis meses en el primer equipo. Recuerdo que prometí que me raparía el pelo. Cuando estaba en el campo y ya íbamos a subir pensaba que a lo mejor se les olvidaba con la celebración, pero a Gabi por ejemplo no se le olvidó y quiso que cumpliera lo prometido. Me tuve que poner una peluca azul porque me daba vergüenza ir tan mal rapado, con zonas con pelo y otras sin nada. Recuerdo el Paseo Independencia lleno de gente, con las sonrisas y la ilusión. De todas formas, este ascenso sería mucho más importante que aquel.

—¿En qué sentido?

—Aquel lo fue también, ojo, pero este, de conseguirlo, sería el definitivo para ver el Zaragoza que todos queremos ver. Ahora el club está dirigido por gente honesta, zaragocista y que quiere hacer las cosas bien.

—Desde la distancia, ¿con quien habla del club?

—Lo hago muchísimo con Zapa, nos escribimos a menudo. El cámara de Aragón TV que sigue al Zaragoza (Nacho Ainaga) es un gran amigo mío y siempre me estoy mensajeando con él. Me pone al día, aunque yo lo vivo así porque me siento zaragocista e intento informarme de todo.