La suiza Michelle Gisin se convirtió este jueves en nueva campeona olímpica de combinada de esquí alpino en los Juegos de Pyeongchang, tras ganar en la estación surcoreana de Jeongseon la prueba de esa disciplina, en la que relegó a plata a la estadounidense Mikaela Shiffrin, cuya compatriota Lindsey Vonn se salió en la segunda manga, un eslalon.

Gisin, de 24 años, ganó con un tiempo final -al sumar a la manga de descenso la decisiva del eslalon- de 2.20.90 minutos, 97 centésimas menos que Shiffrin, campeona olímpica de gigante hace justo una semana; y con un segundo y 44 centésimas respecto a su compatriota y gran amiga Wendy Holdener, de idéntica edad.

Proveniente de una familia de esquiadores en una de las potencias del deporte rey invernal -su hermano Marc compitió, con menor éxito (fue 21º en el descenso), en estos Juegos-, Michelle igualó este jueves, cuatro años después, el gran logro de su hermana Dominique, ya retirada y que en los Juegos de Sochi (Rusia) ganó el oro -compartiendo título con la eslovena Tina Maze- en el descenso.

PLATA MUNDIALISTA

La menor de las Gisin ya había capturado plata el año pasado ante su público en la combinada de los Mundiales de St.Moritz, en una prueba que ganó Holdener (convertida ese día en la primera campeona del mundo suiza desde que Sonja Nef ganase el gigante en Sankt Anton, Austria, en 2001). Con la que este jueves estrechó aún más los lazos -ambas se consideran 'medio hermanas'-, al compartir de nuevo un podio aún más importante que el del curso anterior.

Antes de llegar a Corea del Sur, Michelle -que sucedió en el historial de la prueba a la ya retirada alemana Maria Riesch- contaba apenas tres 'cajones' (dos de ellos, esta temporada) en Copa del Mundo, competición en la que aún no ha festejado triunfo alguno. Pero que retomará como campeona olímpica, tras doblegar a toda una 'súper estrella' como Shiffrin -ganadora de todo lo que se puede ganar a los 22 años-, que este jueves dio por buena la plata tras remontar desde el sexto puesto que ocupaba después del descenso.

Vonn se lamenta tras salirse del recorrido en el eslalon. / JAVIER SORIANO (AFP)

DEMASIADO RIESGO PARA VONN

Su compatriota Vonn -plusmarquista de victorias (81) en la Copa del Mundo, competición que ganó cuatro veces-, que acabó sexta en el supergigante y el miércoles capturó un bronce en el descenso, lideraba la prueba tras la primera parte, de velocidad. La veterana Lindsey (33) -cuyo palmarés sería más estratosférico aún de no haberse lesionado innumerables veces-, que anunció que éstos serían sus últimos Juegos, comandaba con 74 centésimas sobre la noruega Ragnhild Mowinckel, con 25 años una de las revelaciones de estos Juegos, ya que tras capturar sendas platas en gigante y en descenso, este jueves acabó cuarta la prueba combinada.

Pero la muy mediática Vonn arriesgó en exceso en una disciplina que -precisamente a causa de sus incontables averías físicas- ya no domina. Y no sólo se quedó fuera de los puestos de honor, sino que se quedó sin aparecer en la clasificación final al salirse del recorrido en el eslalon.

Michelle Gisin, tercera tras el descenso, ascendió dos puestos para tocar la gloria; y al igual que sus dos acompañantes en el podio -Shiffrin, oro olímpico hace cuatro años, lleva cinco ganando la mayoría de las carreras de eslalon- mejoró notablemente en la parte técnica. Holdener remontó siete plazas con el mejor parcial en el eslalon para capturar medalla.