A dos puntos está el Zaragoza del descenso. Tras 25 citas, es duodécimo, con 31 puntos y contempla la decimonovena posición, que ocupa la Cultural, con 29. Un margen exiguo que ha visto en pocas ocasiones desde que dio con sus huesos en la categoría de plata en junio del 2013. De hecho, si se contabiliza la parte decisiva de la temporada, es decir la segunda vuelta del campeonato, solo en cuatro jornadas en las últimas cinco temporadas ha visto tan de cerca el fantasma del descenso a Segunda B, con la catástrofe que implica. Tres de ellas fueron en la 13-14, cuando fue destituido Paco Herrera y llegó Víctor Muñoz, y la cuarta se dio en la clasificación definitiva tras 42 jornadas de la 16-17.

Así que el equipo zaragocista no está muy habituado a ver las llamas del infierno (bajar a la categoría de bronce puede suponer la desaparición del club) tan cerca como ahora. Cuando más sintió ese peligro fue en la 13-14, la última temporada de Agapito Iglesias y con Pitarch como director general. Entonces, tras 30 jornadas, el Zaragoza tomó la decisión de despedir a Paco Herrera y poner en su lugar a Víctor Muñoz.

Herrera se marchó dejando al equipo, en una Liga más que convulsa en el club de Agapito y Pitarch, con 39 puntos, mientras que la Ponferradina, que acababa de derrotar al conjunto zaragocista, tenía 37. Esa renta de solo dos puntos se mantuvo en las jornadas 31 y 32 y después el Zaragoza de Víctor Muñoz levantó el vuelo poco, pero lo suficiente para acabar la Liga con 4 puntos de margen con la Segunda B.

En las temporadas 14-15, donde alcanzó el playoff de ascenso, y 15-16, donde lo rozó hasta la debacle ante el Llagostera, el Zaragoza se movió muy lejos del descenso en toda la segunda vuelta liguera. En la 14-15, con Popovic, siempre estuvo en un margen de 12 a 18 puntos y terminó con una renta de 17 sobre el infierno.

Mientras, en la 15-16, el Zaragoza de Lluís Carreras empezó la segunda vuelta con 9 de renta con el descenso y llegaron a ser hasta 18. El playoff se esfumó en Palamós, en la última jornada, pero aún así el equipo acabó octavo, con 64 puntos y con 17 de margen con el primero de los billetes a Segunda B.

El curso pasado (16-17) sí se vivió más peligro. El conjunto que dirigía Raúl Agné solo tenía cuatro de renta tras el ecuador del campeonato y fueron tres después de las jornadas 25 y 30. En esa última, a falta de 12 citas ligueras y tras la derrota ante el Sevilla Atlético cogió el timón Láinez. El equipo se levantó, volvió a estar en dos jornadas (32 y 41) a solo tres puntos y acabó la Liga a dos, decimosexto con 50 y con el UCAM, en descenso, con 48.