Con una medalla de plata en la final de los 400 estilos, Mireia Belmonte despidió su mejor actuación en unos Mundiales de natación, que cierra con tres medallas individuales y eleva a seis el botín de la delegación española. La nadadora badalonesa, de 26 años, solo cedió ante la estrella húngara Katinka Hosszu, campeona olímpica y mundial y heroína local, que se adjudicó el oro con un crono de 4.29.33 minutos, que queda como un nuevo récord de los campeonatos. Belmonte concluyó con 4.32.17 minutos, un segundo por encima de su récord de España. El bronce fue para la canadiense Sidney Pickrem (4.32.88).

«Creo que ha sido un buen 400 para acabar el campeonato», afirmó Belmonte, feliz por concluir los Mundiales «mucho mejor» de lo que los empezó el domingo pasado, cuando quedó fuera de las finales de los 400 libre y los 200 estilos. «He superado mis expectativas. Lograr un oro lo veía inalcanzable. Cuando en mariposa me metí tercera y me noté rara, no lo veía claro. Fue especial también el 1.500 junto a Ledecky y la última plata».

Belmonte tenía una cuenta pendiente con los Mundiales de natación y se la ha cobrado en Budapest con creces. Hace dos años por culpa de una molesta bursitis tuvo que renunciar a Kazán-2015 para no perjudicar su preparación en los Juegos de Río, donde alcanzó su sueño del título olímpico. Pero en estos campeonatos ha vuelto a confirmar su tremenda clase. La medalla de los 400 estilos, prueba que le dio también un bronce en los Juegos de Río, supone el colofón perfecto al Mundial de Budapest para la campeona badalonesa que se colgó el oro en los 200 mariposa, su prueba fetiche, en la que ahora mismo luce la triple corona (título olímpico, mundial y europeo), junto a la brillante plata del 1.500.

Son ya 23 las medallas que acumula Mireia a nivel internacional (4 en los Juegos, 6 en Mundiales, 13 en Europeos), convertida ya en una de las mejores deportistas españolas de la historia.

EXHIBICIÓN DE HOSSZU

La final fue una exhibición de principio a fin de Hosszu, plusmarquista mundial desde el pasado verano en los Juegos. Arropada por el público que llenaba el Duna Arena, la húngara tomó el control desde el primer largo y no lo cedió hasta tocar la pared. A pesar de sus problemas para respirar, a causa de un resfriado que ha arrastrado estos dos últimos días, Belmonte volvió a dar una lección de enorme competitividad.

Se mantuvo segunda en la mariposa, aguantó bien en el parcial de espalda, en el que cayó hasta la tercera plaza. Sufrió lo indecible cuando pasó a braza, cayendo hasta el cuarto lugar, por detrás de la canadiense Pickrem y la japonesa Yui Ohasshii. Pero volvió a firmar una de sus habituales remontadas en el crol con la que se aseguró el segundo lugar del podio.