Mireia Belmonte acabó cuarta en la final de los 800 libre del Mundial de Budapest, a un solo paso del podio, pero a una distancia insalvable del trío de medallistas formado por la estadounidense Katie Ledecky, la china Bingjie Lie y la también estadounidense Lea Smith, que abrieron un abismo entre ellas y sus rivales de principio a fin.

La nadadora badalonesa registró un crono de 8.23.30 minutos, tres segundos por encima de su mejor tiempo esta temporada y lejos también de su récord de España (8.18.55), aunque le sirviera para repetir el cuarto puesto que consiguió el pasado verano en los Juegos de Río.

Ledecky, de 20 años, marcó un ritmo inabordable para sus rivales y se colgó el oro con 8.12.68 minutos, la segunda mejor marca mundial del año. Para la china Lie, de 15 años, fue la plata (8.15.46) y el bronce para la también estadounidense Smith (8.17.22), que mantuvo un intenso pulso por la segunda plaza.

Desde los primeros compases se vio a Belmonte ajena al fuerte ritmo impuesto por Ledecky, a la que solo la china Lie fue capaz de aguantarle el ritmo en los primeros 200 metros. La pupila de Fred Vergnoux mantuvo un ritmo constante hasta la mitad de la prueba, en torno a los 31 segundos, nadando junto a la húngara Kapas. Pero no tardó en comprobar que no se producía ningún desfallecimiento en el grupo de cabeza y acabó por asumir que era imposible la pelea por las medallas.

«No me he sentido bien físicamente», admitió Belmonte. «Estaba mareada y con mucho dolor de cabeza. Mañana (por hoy) espero estar mejor porque afronto la última prueba», añadió la nadadora badalonesa.

HOSZU, COMO RIVAL

A Mireia, campeona en los 200 mariposa y plata en el 1.500, le quedará hoy, en la despedida de los campeonatos, una última oportunidad de pelear por el podio en los 400 estilos, prueba en la que se colgó el bronce en Río.

Con el cansancio lógico por un calendario muy exigente, el reto se abrirá para la campeona olímpica en las series de esta mañana que clasifican de forma directa para la final de la tarde, en la que partirá como favorita la húngara Kantika Hoszu, campeona olímpica, que ya se impuso en la final de los 200 estilos.

La penúltima jornada contó con dos protagonistas destacados: el estadounidense Caeleb Dressel, de 20 años, que se colgó tres medallas de oro al ganar los 50 libre, los 100 mariposa y el relevo mixto 4x100 libre, algo que nadie antes había logrado. Y la sueca Sara Sjöstrom, de 23 años, que batió el récord mundial de los 50 libres con 23.67 segundos, la octava plusmarca mundial que se bate en Budapest, rebajando el crono que tenía la alemana Britta Steffen desde Roma-2009 (23.73).

Con seis oros en el campeonato, Dressel se ha convertido en el protagonista masculino de estos Mundiales cuando aún no ha cumplido los 21 años. Su actuación resultó arrolladora. Se impuso en la final de los 50 libre con 21.15, la mejor marca del año y la sexta de la historia. Pocos minutos después, algo más de media hora, se colgó su segunda medalla en los 100 mariposa, con el segundo mejor registro de la historia (49.86), haciendo tambalear el récord de Michael Phelps en el 2009. Y, en la última prueba de la jornada, volvió a lo más alto del podio en el relevo mixto del 4x100 libre junto a Nathan Adrian, Mallory Comerford y Simone Manuel.

Junto a la nueva estrella Dressel, brilló de nuevo Sjöstrom con su triunfo en los 50 mariposa y su récord del mundo en los 50 libre, el segundo que consigue en Budapest, donde también rebajó el crono en los 100 libre, convirtiéndose en la primera mujer en bajar de los 52 segundos (51.71), aunque después se viera sorprendida en la final por la estadounidense Manuel.