«Cuando me levanto con dolores quiere decir que estoy vivo. Cuando no me queje, no se dónde estaremos...», dice José Antonio Villacampa, uno de los símbolos del Hinaco Monzón. Jimy, que es como le conocen todos en la localidad mediocinqueña, es un hombre con humor negro. El mejor lanzador de martillo de Aragón en la historia disputó el sábado pasado en su casa su enésimo encuentro de Primera. Como siempre lanzó el peso y el martillo. Terminó el sexto con 10,34 y el quinto con 41,88. El Hinaco Monzón terminó el segundo por detrás del Super Amara.

Fue un 14 de mayo de 1994 cuando el Centro Atlético Monzón debutó en Primera. El fin de semana pasado se cumplieron 25 ediciones del club mediocinqueño en la competición y como Jimy, también compieron en este largo lapso de tiempo Alejandro Irache, Eliseo Martín, Carlos Oriach y Javier Portolés. Son los cinco magníficos del Monzón.

En su debut en la división nacional de plata el Monzón se impuso al Helios, el Reus y el Sabadell. Era un domingo luminoso. El equipo oscense era un grupo de amigos con atletas tan populares como Paco Dorado, Óscar Calero, Javier Yerno, Chicho de la Fuente, José Pallarés, Fernando García, Álvaro Burrell, Daniel Tomás, Francisco Manau, José Bayona o Sergio Mazarico. El Helios corrió en Monzón con figuras como los hermanos García o Ignacio Supervía.

Los cinco confunden tantos encuentros de Liga y no recuerdan aquella histórica jornada de 1994. «Mezclo todas las competiciones. Lo guardo todo en el periódico y lo voy releyendo», explica Carlos Oriach, que fue el tercero por detrás del catalán Ruiz y de Eliseo Martín. Un cuarto de siglo después terminó el cuarto. «La pista de Monzón está en un estado lamentable. En la primera ría resbalé y me pegué un tortazo que casi me mato. Me caí de cabeza a lo más hondo». También compitió en el 1.500 su hijo Pol. «El club y la Liga es lo que me mantiene compitiendo. No me motiva disputar carreras populares. Mi Campeonato de España siempre han sido las Ligas. Esto es lo que nos ha mantenido unidos y éramos una pandilla», indica el atleta de Albelda, que ahora tiene 48 años.

Villacampa sigue teniendo el récord de Aragón de martillo con 56,98. «Lo hice en el año 1999. Se lo batí a Mazarico tres años antes. Ahora entreno cuatro días a la semana como mucho y llevo un grupo de lanzadores en Monzón». El montisonense reconoce que sigue motivado pese a la edad. «Tengo la misma ilusión y casi salgo a la pista con nervios. Pero con 53 años hago lo que puedo. El equipo siempre ha sido una mezcla de jóvenes y veteranos y el ambiente siempre ha sido bueno», reconoce.

Alejandro Irache siempre ha sido el clásico en el disco. Hace 24 años ya fue cuarto del disco con 39,68. «Prácticamente no me acuerdo de nada. Éramos un equipo que íbamos todos a una y todo nos salía bien. Cada uno hacía su papel y nos dejábamos la piel». Ahora tiene 50 años y llegó a tirar 47,22. «El sábado estuve mejor de lo que esperaba. Lancé con el disco de dos kilos 37,24». Irache sigue entrenando seis días a la semana. «Mantener la fuerza año a año es muy duro. Preparo el pentathlón de lanzamientos que se celebra en Gavá y estoy afinando», reconoce.

Con 20 años Eliseo Martín ya despuntaba en el debut en la Liga de Primera. Fue el segundo en los obstáculos. «Ahora se han fichado a atletas de fuera. Aquí no hay dinero para pagar a la gente y vienen por el ambiente y por el nivel competitivo». Martín ganó el sábado el 3.000 lisos. «La motivación no es la misma que hace 25 años. Hago un esfuerzo extra por mantenerme a un buen nivel y por aportar al club, que se lo merece», indica Martín. Del sector de fondo de hace un cuarto de siglo recuerda a «Pallarés, que hacia el 10.000, una prueba a la que nadie le hacía gracia dar 25 vueltas, Javier Yerno, que era un ganador, Chico de la Fuente, Carlos Oriach...», explica.

El velocista del quinteto es Javier Portolés. «Cuando corrí en Primera tenía 17 años. Pero no me acuerdo de nada». El fragatino corrió los 200 lisos. Como el pasado sábado. «Hice la salida muy bien. Pero al acelerar en la curva me rompí los isquios. Hice 32 segundos y llegué a la meta andando», dice el oscense, que dejará después de 25 años el Monzón para fichar por el Fraga.