El caso de José Manuel Tris Gimeno no es el único fallecimiento acaecido durante la disputa de un partido de fútbol en la comunidad aragonesa. Varios han sido los futbolistas (de diversas edades) a lo largo de los últimos años, que han perdido la vida víctimas de un paro cardiaco o "muerte súbita" sobre el césped.

El último de esta índole antes del drama vivido ayer en Santa Isabel tuvo lugar el año pasado, cuando Juan Antonio Jaqués Lebrero, de 25 años, sufrió hasta tres paros cardiacos cuando disputaba con el Gallur un partido en la categoría de Primera Regional. Y eso que el fallecido había superado previamente todos los reconocimientos médicos pertinentes antes de tramitar las fichas federativas. Algo similar sucedió en el 2014, cuando Raúl Alcaide, de 21 años, caía fulminado en las instalaciones municipales de Nuevo Ranillas cuando disputaba un partido con el San Andrés también en la categoría de Primera Regional.

Otro de los casos que se recuerdan sucedió hace 9 años, en el 2007. Ángel Arenales, de 31 años, también fue víctima de un paro cardiaco cuando disputaba un encuentro con el Veteranos del Sobrarbe. Arenales, que durante aquel partido estuvo quejándose por molestias en el pecho, cayó de camino a los vestuarios y, a pesar de que tanto sus compañeros como las emergencias y los ATS que había en el campo intentaron reanimarle, no hubo éxito.

Todos ellos son algunos de los casos sucedidos en los últimos tiempos en Aragón, pero como ellos hay muchos otros en toda España y, por supuesto, en todo el mundo. El fútbol sigue teniendo aquí una asignatura pendiente.