Perico Fernández ya descansa en paz tras el funeral celebrado ayer en el cementerio de Torrero de Zaragoza. El mundo del deporte quiso dar el último adiós al excampeón del mundo del peso superligero, que falleció el viernes a los 64 años.

Al funeral acudieron Pablo Híjar, concejal de Vivienda y Deporte del Ayuntamiento de Zaragoza, y Mariano Soriano, director general de Deportes del Gobierno de Aragón como representantes políticos. Además, el excampeón mundial de boxeo José Antonio López Bueno, el excampeón de Europa del peso pesado Alfredo Evangelista o los hermanos Escriche también estuvieron presentes representando al boxeo. Otras personas vinculadas al deporte aragonés acudieron a la cita, como José Ángel Zalba, presidente del Real Zaragoza en la mejor etapa deportiva de Perico Fernández o el exjugador de la entidad blanquilla Alberto Belsué.

El periodista José María García, amigo del boxeador, pronunció un emotivo discurso interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de los asistentes. En él, recordó la figura de Perico, así como algunas de las anécdotas más divertidas del fallecido boxeador. A la salida del funeral, García señaló que sería más conveniente homenajear a los grandes campeones españoles en vida y no después de su muerte. «Algo es mucho más que nada y es mejor hacer un homenaje cuando lo puedan disfrutar», indicó.

Sobre la figura de Perico, el periodista comentó que fue alguien que «dio la vuelta al mundo llevando la bandera de Aragón y de España» y lo calificó como «un tipo personal, intransferible, cabezota, rebelde, entre comillas ‘cabrón’ para él mismo y para su familia», pero a la vez alguien «generoso y buena persona».

García también fue muy crítico con la idea de que Perico Fernández muriera en el abandono. Así, reclamó también que los poderes políticos no dejen de lado a Alfredo Evangelista, residente en Zaragoza y que está siendo ayudado por López Bueno. Ante esta situación se preguntó si no podrían darle una plaza de monitor o cuidador en los gimnasios o ir por los colegios transmitiendo los valores y enseñanzas del deporte.

Tras el último adiós, los restos mortales del boxeador fueron llevados a hombros por familiares y amigos entre los aplausos de los asistentes, tanto a la entrada como a la salida de la capilla, antes de su incineración. H