Jorge Figueroa Vázquez fue el auténtico protagonista del doloroso empate del Real Zaragoza ante el Nástic. Se adelantó el equipo zaragocista con el primer gol de estrategia del curso, de Toquero, tras un córner de Buff, pero el árbitro decidió ponerle un muro lo más elevado posible para que no llegara la ansiada victoria y solo un punto que sabe a muy poco. Expulsó de forma incomprensible a un nervioso Borja Iglesias por el teatro de Dimitrievski justo antes del descanso y no midió por el mismo rasero las faltas de unos y otros, permitiendo la dureza del Nástic, que se prodigó en patadas con el consentimiento de un colegiado que ya se la armó el curso pasado al Zaragoza en Oviedo expulsando a Ratón.

Cristian Álvarez y el orgullo defensivo del equipo, con un trabajo ejemplar de Zapater y Eguarqas en el medio, lograron sostener al bloque aragonés en la segunda mitad cuando todo estaba en contra. Pareció que el Zaragoza iba a sumar esa victoria sufrida porque el Nástic no acertaba nunca ante Cristian, con numerosos centros laterales, de Abraham, sobre todo, que el portero argentino, impecable, o la defensa despejaban.

TRAGEDIA FINAL

Al final, un remate de Maikel Mesa tras un rechace del larguero provocó un punto que sale caro por la lesión de Benito, que apunta a rotura fibrilar, y la expulsión de Borja. Al menos, ese punto supone salir de la zona de descenso, pero es un triste consuelo para un Zaragoza que solo ha logrado una victoria en seis jornadas, un mal balance donde el equipo ha hecho méritos para más, pero lo que hay es lo que hay.

Salió Natxo González con el once previsto, con Febas de regreso partiendo desde la izquierda y con Buff por detrás de Borja. Y comenzó el Zaragoza incómodo, sin poder sujetar bien a Delgado y a Abraham y con un disparo peligroso de Maikel Mesa.

El balón, en todo caso, era del Zaragoza, que encontró premio en la primera vez que lo intentó. Buff, con un córner medido, y Toquero, con un movimiento perfecto de anticipación, trajeron el gol de cabeza del atacante vasco. Tras el tanto, el Nástic se estiró y empezó a ver espacios entre el centro de la zaga y la medular. Uno de ellos lo vio Tejera, pero el disparo de Delgado salió muy desviado. Por entonces, La Romareda ya había visto claro que en Figueroa Vázquez había otro enemigo, porque las faltas a Febas no tenían castigo y el mediapunta hasta vio una sin protestar, justo antes de una jugada estelar en la que el portero del Nástic evitó su gol. Lo peor llegó al final, Borja, que vio una primera amarilla por nervios tras una entrada a Abraham, no tocó a Dimitrievski y el portero se dejó caer para que Figueroa le expulsara.

La Romareda ya se levantó en armas ante tal escándalo (4 faltas del Zaragoza en la primera parte, 4 amarillas y un expulsado), y la segunda parte empezó con la consigna de defender el tesoro, echándose demasiado atrás, con Delmás por el lesionado Benito en el lateral. Ahí creció Cristian, que ya había hecho una gran parada a Maikel Mesa antes del descanso. Hizo una mejor a bocajarro a Barreiro y cada salida suya era síntoma de seguridad, porque el Nástic encontraba espacio por los carriles para poner centros laterales. Rodri puso en el campo a Uche y a Omar y redobló su apuesta ofensiva, ya que retiró a un central, a Blanco.

CLAMOR DE LA AFICIÓN

La grada siguió a lo suyo, animando al Zaragoza y cargando contra el árbitro, al que le costaba un mundo sacar amarillas por las faltas de Mesa, Tejera, Javi Jiménez... Natxo metió músculo con Guti y velocidad con Papu y Cristian estuvo providencial en los disparos de Omar y de Barreiro. El Zaragoza aguantaba y nadaba, esperando que corriera el reloj, muy lento, como siempre ocurre cuando hay que defender un marcador. El Nástic sacó más madera con Muñiz, pero Guti ayudó en la labor a Eguaras y Zapater, que tapaban todo lo que podían y Papu hasta tuvo la ocasión de sentenciar en una contra donde sentó a Gaztañaga y remató flojo ante Dimitrievski con todo a favor. Ahí estuvo el triunfo que hubiera premiado el esfuerzo. Pero si algo le falta a este equipo es suerte.

Cuando ya llegaba el minuto 87 terminó de morir en la orilla el Zaragoza. Un posible fuera de juego, pedido por los zaragocistas, aunque lo habilitaba Mikel, acabó en un centro con el primer cabezazo de Omar al larguero y el segundo de Maikel Mesa, donde ya nada pudo hacer Cristian. Aún intentó el Zaragoza rehacerse del golpe en los últimos minutos, pero el cansancio de tanto tiempo en inferioridad pesó en demasía. Figueroa había puesto el muro y el equipo estuvo a punto de saltarlo para lograr un triunfo que era oro puro. Al final, llegó un empate del que puede sentirse orgulloso el conjunto de Natxo González, pero que no le saca de pobre en la clasificación de Segunda.

REAL ZARAGOZA 1

NÁSTIC 1

Real Zaragoza

Cristian 9

Benito 4

Mikel González 5

Verdasca 6

Ángel 5

Zapater 7

Eguaras 7

Toquero 6

Febas 6

Buff 6

Borja Iglesias 4

1-0 (m. 18) Toquero, de cabeza en un córner de Buff.

1-1 (m. 87) Maikel Mesa, de cabeza.

3Árbitro: Figueroa Vázquez (3), C. Andaluz.

3Tarjetas: Roja por doble amarilla a Borja (45). Amarilla a Cristian, Febas, Eguaras, Mesa, Kakabadze, Javi Jiménez, Molina, Gaztañaga, Muñiz y Abraham.

3Incidencias: 17.090 espectadores.

Nástic

Dimitrievski 4

Kakabadze 5

Carlos Blanco 4

Xavi Molina 5

Javi Jiménez 6

Gaztañaga 6

Maikel Mesa 6

Tejera 5

Abraham 7

Delgado 6

Manu Barreiro 5

Técnico: Natxo González (5)

Cambios: Delmás (5) por Benito (m.44), Guti (6) por Febas (m.64) Papu (5) por Toquero (m.64)

Técnico: Antonio Rodríguez, Rodri (5)

Cambios:

Uche (4) por Delgado (m.57), Omar (5) por Blanco (67) Muñiz (5) por Abraham (74)