Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, abonó un poco más el tópico. El marco, la Monumental de Las Ventas, se prestaba a ello y no se le ocurrió otra cosa que regalar ayer un capote individualizado a cada uno de los cinco tenistas españoles que representarán a España en las semifinales de la Copa Davis contra Estados Unidos, que se disputa el próximo fin de semana en el coso madrileño.

Sólo Feliciano López, buen aficionado, supo cómo agarrarlo e incluso estuvo tentado de dibujar alguna media verónica a petición de los informadores que acudieron a recoger el testimonio de tan original ceremonia. Lo dejó finalmente para mejor ocasión.

PROMOCIpN Pasaba la una de la tarde y los tenistas españoles acababan de finalizar una sesión preparatoria de dos horas de duración en pleno ruedo, donde ha sido instalada la pista central, con el ruido de fondo que provocaban los operarios que ponían a punto las instalaciones que albergarán a 20.000 aficionados.

Fue el primer contacto del número uno del mundo con el polvo de ladrillo que ha preparado la Comunidad, que ha pagado 1,6 millones para ser sede de la semifinal. Un esfuerzo que la presidenta autonómica justificó con el objetivo de "promocionar Madrid como destino turístico porque se disputará en un lugar emblemático para los aficionados a los toros que será muy llamativo para los que no lo son". Ninguna alusión a que también pueda suponer un importante apoyo a la candidatura a los Juegos.

Aguirre no se quedó en lo de los capotes, con los que correspondió al polo firmado por los jugadores que estos le habían regalado minutos antes. Algo más tarde, cuando atendió a los periodistas, expresó su deseo de que Nadal y sus compañeros abran la puerta grande de Las Ventas después de haber cortado "dos orejas y rabo".