Nadal lo admitió después de ganar ayer: «A veces necesitas un poco de suerte y el miércoles la tuve con el parón por la lluvia», dijo. El balear se clasificó para las semifinales de Roland Garros por undécima vez tras vencer al argentino Diego Schwartzman por 4-6, 6-3, 6-2 y 6-2. Hoy (15.30 horas, DMax en abierto, y Eurosport), ante otro argentino, Juan Martín Del Potro, que se impuso al croata Marin Cilic por 7-6 (5), 5-7, 6-3 y 7-5, se siente «preparado» para dar «un paso más adelante», destacó.

Nadal estaba feliz. En la pista lo demostró con un gran salto, el puño izquierdo al aire y un grito de «¡Vamos!» que resonó en la Philippe Chatrier. Tras el susto del miércoles, ayer en la reanudación resolvió el partido en 47 minutos, cediendo solo cuatro juegos a Schwartzman. Al tenista argentino le queda el premio de poner fin a la racha de 37 sets consecutivos sin perder que llevaba Nadal desde el 2015 en París, cundo cedió en cuartos también contra Novak Djokovic. El récord de 41 seguirá en manos de Bjorn Borg por muchos años.

El día anterior no estaba tan seguro de poder conseguirlo cuando la lluvia obligó a suspender el partido por primera vez y Schwartzman dominaba el marcador por 6-4, 3-2 y el servicio en su poder. «No veía cómo abrir pista y ganar posición. Estaba muy defensivo, jugaba muy mal», reconocía Nadal.

Una vez más la lluvia le ayudó. «A veces necesitas parar para reflexionar, ver las cosas con más claridad», explicó. Y así fue. Habló con Carlos Moyá en el vestuario. «Repasé mis fallos y cambié la forma de encarar el partido», dijo. En la reanudación ya no fue lo mismo. Nadal se mostró más agresivo y empezó a encontrar el camino. En 30 minutos ya era otra cosa. «Fue un cambio mental», aseguró.

Schwartzman fue el primero en notarlo. En un minuto Nadal ganó los dos puntos para cerrar la segunda manga y, en las dos siguientes, solo cedió cuatro juegos. Estaba en modo campeón otra vez. Ahora el rival será Del Potro, que ganó a Marin Cilic por 7-6 (5), 5-7, 6-3 y 7-5.

Muguruza cede / Roland Garros y el número 1 deberán esperar para Garbiñe Muguruza. La tenista española fue eliminada por la rumana Simona Halep, que se impuso por 6-1 y 6-4. Muguruza se encontró al otro lado de la red un muro inaccesible y acabó desesperada. Halep la derrotó para asegurarse el número uno y jugar su tercera final en París tras haberlo conseguido sin éxito en el 2014 y el 2017.

No esperaba la española encontrarse con un 0-5 de salida y tres roturas consecutivas de su saque por parte de Halep. La rumana entró en la pista con las ideas claras y preparada para el pulso de fuerza que le iba a plantear Garbiñe Muguruza. «Aguanta, sigue, sigue», le decía su entrenador Sam Sumyk con gestos desde la grada. Lo hizo para romper el saque de Halep y tomar una ventaja de 3-1 en el marcador.

Pero en el octavo juego Halep consiguió romperle el saque (4-4) para igualar el marcador. Tiró tres bolas de break Muguruza y acabó desesperada y cediendo el saque en el último juego para acabar cayendo. La final será mañana entre la rumana y Sloane Stephens.