El Real Zaragoza lo volvió a hacer. Cayó y se levantó. Su condición de bloque curtido, con una personalidad tan perfilada, hace más sencillo poder sobreponerse a las adversidades. El triunfo ante el Almería demostró que el conjunto zaragozano tiene argumentos para mimetizarse con las exigencias del rival. La tarde requería de una mentalidad paciente. «Sabíamos que podía ser un partido largo si no éramos eficaces. Ellos iban a reforzarse en defensa, tratando de no dejar espacios, buscando provocar nuestros errores. Era una cuestión de paciencia y no perder el equilibrio», explicó Natxo.

A estas alturas del campeonato no hay partido fácil. Los rivales coloquialmente tildados de pequeños se agigantan para ponerse a la altura de los equipos de mayor rango. La lógica futbolística desaparece para dar lugar a partidos anárquicos donde la escuadra más certera se lleva los tres puntos. «El equipo ha estado maduro y ha aprovechado su momento», aseveró el preparador zaragocista. El Real Zaragoza creó peligro mediante jugadas de combinación y mediante la profundidad de sus dos laterales. Tanto Daniel Lasure como Alberto Benito, con una nueva asistencia, fueron incisivos en ataque y pisaron el área contraria de forma constante. Aunque, sin duda, la estrella de la tarde tuvo un fuerte acento georgiano.

Giorgi Papunashvili salió ovacionado del estadio. «Papu es cada vez más importante», dijo Natxo sobre el talento blanquillo. Desequilibró, corrió, rasgó las vestiduras de los almerienses y marcó un tanto que sitúa su nombre entre los candidatos a copar los puestos titulares. «Siempre hemos hablado del tiempo de adaptación de Papu. El partido iba a estar cerrado por dentro, sin muchos espacios, y necesitábamos un jugador con desequilibrio en espacios cortos y con último pase. Poco a poco va entendiendo el juego y lo que queremos», dijo Natxo. El chico curtido en la base del Dinamo Tbilisi sigue sumando méritos. Lleva tres goles en los últimos cinco encuentros que ha disputado, cifras que evidencian su repercusión en el juego.

Luego llegó el matador gallego. El ariete blanquillo que está cristalizando los sueños de esta plantilla. Borja Iglesias lleva ya 17 tantos en Segunda División tras batir con maestría a René. Parecía que no estaba teniendo un encuentro plácido, pero Borja parareció para sentenciar el encuentro. «Es lo que tienen los mejores jugadores. Aun estando regular durante el partido sabes que en cualquier momento puede tener ese chispazo de lucidez. Eso está al alcance de los mejores futbolistas», aseveró Natxo González.

El Real Zaragoza supo levantarse en un tramo donde cada pequeña decepción requiere de una fuerte reacción. Ayer, el equipo blanquillo volvió a demostrar tener nivel de promoción.