Un empate, una victoria y una derrota. Los tres primeros partidos del Real Zaragoza en este 2018 evidencian el principal problema que sacude a este equipo; la inestabilidad. El conjunto de Natxo González volvió a caer derrotado fuera de casa, en esta ocasión en el Nuevo Los Cármenes frente a un Granada al que solo le bastó emplearse a medio gas para retener los tres puntos. Mientras que la escuadra nazarí aporreaba con su poderosa efectividad, el Zaragoza se ahogaba bajo una permanente dificultad para cristalizar sus aproximaciones, algo que se encargó de remarcar Natxo González: «Es un claro ejemplo de lo que nos cuesta ver puerta», explicó el preparador.

El Real Zaragoza se frustró en la segunda mitad por su monotonía ofensiva. La sala de máquinas cocinaba las jugadas bajo una tranquilidad inquietante, para crear jugadas que solían morir cuando se aproximaban al área contraria. Natxo ahondó en el problema que dificultó la reacción del equipo cuando iba por detrás en el marcador, aseverando que faltó terminar las jugadas. «Hemos tenido muchas opciones de finalizar cuando estábamos en zonas cercanas al área. A los chicos les decía que contra el Tenerife y el Barça B metimos con un tiro desde fuera. Tenemos rabia porque hacemos muchas cosas bien, pero no las acabamos», comentó Natxo Gozález.

El equipo dedicaba mucho esfuerzo para acercarse a la meta de Javi Varas, y cuando lo conseguía no lograba tomar la mejor decisión para crear peligro. El técnico del Real Zaragoza explicó que esa falta de chispa en los metros finales fue determinante de cara al resultado: «Estamos enrabietados porque hemos hecho muchas cosas bien y nos vamos de vacío. Tengo la sensación de que podíamos haber sumado», comentó Natxo.

Este déficit en la parcela ofensiva tuvo su origen en la falta de los primeros espadas en la punta de lanza. Tanto Borja Iglesias, por sanción, y Gaizka Toquero, por lesión, no estuvieron disponibles para la cita y el equipo lo acusó en exceso. «Estábamos debilitados en esa zona. Nos faltaban Borja y Toquero, nuestros delanteros referentes. Papu y Pombo no son jugadores de ese perfil, pero esto no es una disculpa porque tenemos que ser mas contundentes en ataque», explicó el técnico vasco.

El Granada consiguió voltear el tanto inicial de Simone Grippo en apenas un cuarto de hora. Antes del tanto zaragocista ya había avisado con diversas llegadas con peligro y un matutino balón a la madera de Adrián Ramos. El conjunto aragonés poco pudo hacer para mantener el resultado ante un Granada que castigó al Real Zaragoza en dos latigazos. «No somos un equipo rocoso», explicó Natxo ante la cuestión sobre la dificultad para amarrar la ventaja.

La derrota vuelve a dejar al Zaragoza con los ojos mirando al descenso en función de lo que hagan los equipos de la zona baja. La alta irregularidad del equipo es sinónimo de inestabilidad, algo que habitúa a ser perjudicial en esta categoría tan impredecible. Es por ello que el partido de la siguiente jornada frente al Córdoba vuelve a cobrar un matiz relevante, con la principal obligación de engordar el colchón con respecto al descenso. Un partido que volverá a ser «una final», tal y como dijo Natxo.