Neymar seguirá manteniendo la condición de galáctico imposible para Florentino Pérez. Para paliar la depresión del último clásico (0-3), el presidente blanco se dedicó a predicar entre sus acólitos que el fichaje del crack del PSG sería una realidad tras el Mundial de Rusia. El argumentario de Florentino se basa en una supuesta cláusula de fuga que permitiría a Neymar, tras su primer año en la Ligue-1, salir por los 222 millones de euros que el club abonó al Barça.

El globo, sin embargo, se pinchó cuando aún no había alcanzado su máxima exuberancia. Y la sorpresa es que lo hizo el propio entorno del astro paulista. «Puedo garantizar que en el contrato de Neymar Jr. no hay cláusula liberatoria ni existen metas por goles marcados», señaló su abogado Marcos Motta. Ni cláusula de escape, ni de rescisión. Los catarís del PSG pusieron a su principal activo en un palacio de cristal de donde no van a dejarlo salir en los próximos cinco años. Es la misma táctica que utilizan para todos sus cracks.

En el caso de Neymar Jr. hay aún una barrera insalvable, que el madridismo obvió de forma deliberada. El brasileño está blindado por un súper contrato publicitario con el emirato para hacer de embajador del Mundial-2022. Durante los próximos cinco años, Neymar podría llegar a percibir un montante que rondaría los 400 millones de euros (80 millones por temporada). La presencia de Neymar en el PSG supera los parámetros estrictamente deportivos.