—¿Por qué le está costando tanto al Real Zaragoza volver a Primera División?

—En primer lugar porque es muy complicado. De 22 equipos ascienden tres, hay que hacer las cosas muy bien, ser muy constante y además tener esa pizca de suerte. Espero que pronto podamos volver a estar en la categoría que merece este club, la Primera División.

—¿Llegó a temer por el descenso a Segunda División B?

—No, no permitía que se me pasara por la cabeza. Es algo demasiado duro como para tenerlo presente. Siempre estuve seguro de que mantendríamos la categoría.

—¿Qué piensa un jugador cuando cambian tres veces de entrenador en una temporada?

—Pues que algo no va bien. Es un síntoma negativo. No me gustan los cambios de entrenador, entiendo que a veces son inevitables, pero no me gustan.

—¿Qué destacaría o qué ha aprendido de Luis Milla?

—Tuve la mala suerte de llegar muy tarde, me costó entrar en sus planes. Destacaría su templanza siempre en cualquier situación. Me hubiera gustado tener más tiempo para ganarme su confianza.

—¿De Raúl Agné?

—Con él es con el que mejor estuve. Desde el primer día me transmitió su confianza y, después de no contar casi para Milla, empecé a jugar muchos minutos, incluso marqué dos goles con él de entrenador. Raúl tiene un carácter fuerte, a mí me gustan los entrenadores con carácter, tiene una idea de fútbol muy clara y la transmite a sus jugadores. Creo que entiende muy bien el fútbol.

—¿Y de César Láinez?

—Con César me pasó lo contrario, venía de una buena etapa con Raúl, llegó él y depositó su confianza en otros. Si quitamos el último partido de Liga que jugué entero, no fui nunca titular y en 11 partidos jugué algo así como 145 minutos, que es una media de 13 minutos y medio más o menos por partido, y hasta en 4 posiciones diferentes, de lateral a delantero. Lo importante es el club y consiguió la salvación.

—¿Qué aportó César Láinez al equipo para que reaccionara?

—Siempre que llega un míster nuevo el equipo se resetea y la gente vuelve a enchufarse. Estábamos en una mala dinámica y con la llegada de César conseguimos sacar resultados positivos en los primeros partidos.

—¿Con esa reacción pensaron en que todavía podían pelear por el ‘playoff’´?

—Personalmente mis pensamientos estaban centrados en salvar la categoría, hasta que no consiguiéramos eso no iba a pensar más allá, así que no me dio tiempo a mirar hacia el playoff.

—¿Está contento con su aportación o esperaba haber tenido más minutos?

—No puedo estar contento porque lo colectivo, que es lo importante, no ha funcionado. Me hubiera gustado tener más minutos, eso es así. Ha sido mi primera temporada en la categoría, he disputado algo así como 1.000 minutos más o menos y solo Ángel, Lanza y Dongou han hecho más goles que yo. He dado todo lo que he podido pero está claro que me hubiera gustado poder dar más.

—¿Qué planes tiene ahora?

—Ahora descansar, resetear la cabeza y disfrutar de los míos. En pocos días me caso así que me doy hasta la boda para estar centrado en otras cosas que no sean el fútbol. Las conversaciones con los clubs las lleva mi agente.

—¿La puerta del Real Zaragoza está ya cerrada o le gustaría volver en el futuro?

—¡Espero que no! Es mi casa. Ahora me toca hacer las maletas, pero el Real Zaragoza siempre será mi casa y por supuesto que me gustaría volver, ya sea como jugador o como lo que sea.