Tras el Campeonato de España absoluto celebrado el pasado fin de semana en Barcelona, Toni Abadía y Carlos Mayo se han desplazado a Italia. En Castelbuono disputan esta tarde una prueba de 10 kilómetros sobre asfalto de gran nivel internacional. Desde la ciudad siciliana Toni Abadía hace balance de lo que ha sido una temporada rara culminada con su asalto frustrado a la mínima mundialista de los 3.000 obstáculos en el Nacional.

—¿Qué idea lleva en el final de la temporada?

—Lo que me queda es no perder la forma para la Milla de Delicias. No quiero forzar la máquina y hacer entrenamientos muy fuertes. Hay que descansar y reponer fuerzas para lo que nos espera el año que viene.

—Para su compañero de entrenamiento, Carlos Mayo, ha sido una temporada fantástica.

—Ha sido para él un año de oro, de matrícula de honor. Pero lo mejor está por llegar. El colofón fue el Europeo sub-23 en el 10.000. Fue muy grande para nuestro grupo de entrenamiento. Era favorito y lo demostró. La forma cómo ganó nos hizo sentirnos orgullosos.

—Mayo será muy pronto otro rival más.

—Carlos ya es una realidad. Lo ha demostrado en la categoría absoluta quedando el noveno en el Nacional de cross y ha sido internacional absoluto en pista cubierta. Esos son ingredientes suficientes para pensar que no es futuro, sino presente.

—¿Del cero al diez qué nota se pondría esta temporada?

—Le pondría un siete con muchas cosas por mejorar. La primera parte de la temporada estuve sin poder hacer nada en cross y en pista cubierta. Ha sido una temporada rara, extraña y psicológicamente muy dura. Después en el Nacional no me vi mal sin haber corrido seis años los obstáculos. He dado todo lo que podía ganando dos Copas de Europa. Por eso me pongo una nota alta.

—¿La operación de la vesícula fue un lastre todo el año?

—Para nada. Todo fue perfecto. Aunque me tengo que hacer a la vida sin vesícula. Hay digestiones en los que me encuentro mal, pero por el momento no me ha dado problemas en la vida cotidiana.

—¿Se arrepiente de haber corrido el 3.000 obstáculos en el Nacional?

—Para nada. El quinto puesto ha sido muy positivo y ganando a gente con mínima para Londres. Estoy competitivo, pero hay obstaculistas que se lo merecían más que yo. Era un reto dificil y en este deporte a veces se pierde.

—¿Fue más un problema técnico o falta de fuerzas?

—Fue una mezcla. La lesión en la rodilla me comió mucho tiempo y he llegado más justo que otros años al final de la temporada. Sería mentir que el aspecto técnico ha jugado un factor fundamental. Solo hicimos un día series con vallas, pero era jugar con más dolores, más lesiones. No tengo duda del trabajo de Pepe Mareca. Es la persona adecuada para guiar mis pasos y cuando terminó la carrera se lo hice saber. Quiero volver a correr obstáculos, pero no tan precipitado.

—¿Cree que fue un fracaso su intento de mínima para Londres en los obstáculos?

—Hay que ser realista. Sí que ha sido un fracaso ese intento de mínima en los obstáculos, pero forma parte de una preparación. Con eso me quedo. Pero está bien utilizada la palabra fracaso. Para intentar lograr el éxito hay que fracasar más veces.

—El año que viene el gran objetivo será el Europeo al aire libre.

—Hay que intentar pelear por las medallas. El dominio africano de los nacionalizados es muy alto. Hay que intentar pelear con ellos de tú a tú, tener el día perfecto y dar la sorpresa.

—¿Esta temporada se asemeja a la del 2015?

—Sí que son semejantes. Esta temporada han sido claves las lesiones. El 2015 fue culpa mía por tema psicológico y este curso ha sido más tema físico. Y ojalá que el año que viene sea igual de bueno que el 2016. Los años pares son mis grandes años.

—Tan solo Fifa disputa el 5.000 del Mundial.

—Mechaal lo podría haber hecho. Yo no he sido capaz de correr en esas marcas. No he merecido estar en el Mundial y menos en el 5.000. Fifa la hizo dos veces y hará un buen Mundial.

—Adel Mechaal va de exhibición en exhibición.

—Lo suyo es estratosférico. No tiene otro nombre. Está en un estado de forma espectacular. Es increíble lo que ha conseguido este año. Estamos ante un atleta de otra galaxia. Para los rivales es un poco desesperante ver esa superioridad tan grande.

—¿Verá el Mundial por la tele?

—Es un campeonato que veré con mucha ilusión. Hay que saber apoyar a los atletas españoles que se han ganado esa plaza y que nosotros no hemos sabido conseguir. Merecen nuestra admiración y respeto.

—¿Cómo lo ve en el 1.500 del Mundial a Mechaal?

—Creo que su prueba es el 5.000. Allí podría pelear por un puesto de finalista e incluso por las medallas. Le he visto con una gran superioridad en el 3.000 lisos en pruebas de Diamond League. El 1.500 es una prueba más táctica y no tiene la velocidad terminal de otros atletas. A la hora de pasar de ronda tendrá que dar la cara y le puede hacer la carrera a otros.

—¿Cuál fue su mejor carrera de esta temporada?

—En el 5.000 del Campeonato de Europa de selecciones me llevé una carrera importante y en la Copa de Europa de Minsk sufrí bastante en el 10.000, pero el resultado fue inmejorable.

—¿La competición más frustrante del año?

—El 5.000 del mitin de Barcelona. Iba muy bien para conseguir la mínima mundialista, pero en el paso del 3.300 vi que no llegaba y me paré. Tuve un bloqueo mental y físico increíble.

—¿Cuál es la clave para hacer un gran 5.000 lisos?

—A partir del kilómetro 3 hay que llegar con muchísimo margen y en el 4.000 no hay que ir descolgado y ser capaz de terminar por debajo de 2.40 el último mil. Acabé en 2.36 en Hengelo cuando hice la mínima olímpica. Es un ritmo de 13.00.

—¿Cree que puede estar usted en 13 pelados?

—Es inalcanzable. Siendo realista pude estar entre 13.18 y 13.20.

—¿Piensa pasarse al 10.000?

—Lo prepararé en el Europeo del año que viene. Me gustaría ser el primer aragonés en la historia en bajar de los 28 minutos.