Toni Abadía volvió a brillar en una de las carreras más espectaculares. El atleta del Nike terminó en la tercera posición. Sobre diez kilómetros, el vigente campeón de España de cross terminó con un tiempo de 28.26. Se impuso el favorito, el eritreo Nguse Amsolom, con 28.09 en un apretado esprint con Ilias Fifa, que realizó un tiempo de 28.11. También destacó el puesto decimotercero del jacetano del Oroel Víctor Puyuelo. En mujeres también hubo dominio africano. Venció la keniana Brigid Kosgei con 32.13.

La prueba alcanzaba la 52 edición en lo que es una de las clásicas atléticas del último día del año. «Era mi tercera participación en la carrera. Hace dos ediciones fui el tercero y el año pasado el quinto», explica Abadía. El zaragozano llegó a Madrid después de haber ganado el miércoles la San Silvestre de Madeira. «Tenía seis kilómetros y era llana, más accesible y menos dura que la Vallecana», indica el atleta del Nike.

El viernes voló desde Madeira hasta Madrid. «Fui directamente hasta la casa de Eva, mi novia, en Colmenar Viejo. Allí lavé toda mi ropa». La rueda de prensa tuvo lugar por la noche y el día siguiente a las doce y media fue la presentación de los corredores. «Allí estábamos casi todo atletas del equipo Nike junto a Javi Guerra», afirma Abadía.

La carrera de las estrellas comenzaba a las 19.57 horas. Pero mucho antes, a las cinco, comenzaban a celebrarse las pruebas populares. Sumaron un total de 4.200 corredores. «Yo salí del hotel a las cinco y media con un autobús de la organización y llegamos a la línea de salida casi una hora más tarde. No era fácil llegar puesto que estaba todo el centro de Madrid cortado», indica el corredor.

La prueba internacional contaba con mil inscritos. «No la disputa cualquiera puesto que hay que acreditar una marca de 38 minutos en la categoría masculina, mientras que en mujeres 42 minutos. También había otros mil inscritos invitados por la organización», apunta el aragonés.

La carrera comienza en Concha Espina, junto al estadio Santiago Bernabéu. «Es de las salidas más amplias que conozco y nada peligrosa por las caídas que pueden suceder». Abadía explica cómo es el recorrido. «Los primeros siete kilómetros y medio son favorables o en bajada y no tienen dificultad. En el kilómetro seis se pasa por la estación de Atocha y los dos kilómetros y medio finales se asciende hasta Vallecas. «En esos kilómetros finales se estrecha tanto la carretera por la cantidad de público que parece que estás en el Tour de Francia. Siguen echando espray, pero intentan que no sea a la cara, sino al pecho. Intentan respetarte y los corredores no nos quejamos intentando no romper la tradición. Nos dejamos llevar con el ambiente de fiesta y cada kilómetro hay una banda», explica Abadía. La prueba termina en el estadio del Rayo Vallecano.

Abadía salió bastante reservón. «Hacía mucho frío y tenía miedo de sufrir un percance muscular, por lo que no me lancé. Pero acabé cogiendo al grupo de cabeza en el kilómetro cuatro». Jesús España hizo la labor de desgaste hasta que se escaparon Amsolom y Fifa. «Después comenzaba otra carrera por el tercer puesto entre Díaz, Lamdasem, España, Thompson y yo. A 500 metros de meta me despegué del grupo terminando el tercero», recuerda.

Los premios

Esta carrera no funciona con premios, sino que los mejores reciben un fijo. Este apartado lo lleva el mánager Miguel Ángel Mostaza. «A mí me representa Julia García. Ella le presenta una lista de sus atletas y Mostaza elige los que más le gustan». Tras la prueba Abadia pasó el control antidopaje. «Lo he tenido los tres años al hacer podio. Me costó hacerlo 40 minutos». Después tomó las uvas en casa de un amigo en Madrid. «Está en la Avenida de América. Nos lo pasamos muy bien. Al ser entre amigos es más llevadero. Pero hacía mucho frío y después no salimos mucho de bares. Tengo un proceso vírico y había que empezar bien el año».

Ayer volvió a la rutina en Zaragoza. «Hice once kilómetros de rodaje por el Parque Grande al ritmo de Pepe Mareca, mi entrenador. Fui solo porque costaba sacar de la cama el día de Año Nuevo a mis compañeros», concluye Abadía.