Novak Djokovic estará en los cuartos de final de Roland Garros dos años después de ganar el título en París. El exnúmero 1 lo consiguió al deshacerse de Fernando Verdasco por 6-3, 6-4 y 6-1, que aspiraba a conseguirlo por primera vez desde que debutó en el 2004 y que, en la anterior ronda, había eliminado al búlgaro Grigor Dimitrov, cuarto favorito.

Media hora de batalla. 30 minutos interminables para deshacer un empate 1-1 en el marcador. Un pulso de potencia, tiros a las líneas y contrapiés entre dos tenistas que se sentían fuertes para el reto. Pero en cuanto Djokovic rompió la desigualdad y en el siguiente juego hizo el break a Verdasco, ya nada fue lo mismo. El tenista madrileño le siguió pegando a la bola con fuerza pero su solidez fue cediendo ante un Djokovic que se apuntó el primer set.

Djokovic encaró la segunda manga rompiendo de entrada el servicio de Verdasco y, aunque el español consiguió devolver la rotura en el sexto (3-3), la alegría le duró poco. En el siguiente, y en blanco, Djokovic recuperó la ventaja para apuntarse la manga ante la desesperación de Verdasco que se giraba hacia su palco para preguntar «¿Que hago?». No le dieron la fórmula aunque Djokovic, ansioso en momentos, cuando se le escapaban puntos claros en dejadas, voleas a la red o algún tiro largo, también se quejaba.

El campeón del 2016 se acabó imponiendo en 2 horas y 25 minutos para alcanzar los cuartos de final donde se enfrentará al italiano Marco Cecchinato, que sorprendió al belga David Goffin, octavo favorito del torneo, por 7-5, 4-6, 6-0 y 6-3.