No va a cambiar su filosofía Natxo González en función del estadio. Le da igual, dice, que el Real Zaragoza juegue en casa o lejos de la Romareda. La idea es dominar los partidos, controlar el fútbol en sus diferentes modos, con personalidad, buenos registros tácticos y talento. «La idea va a ser siempre la misma. Otra cosa es que cuando juegas fuera de casa el equipo local puede apretarte en momentos puntuales. Nuestra idea será siempre la misma: tratar de tener el control del partido. Eso no significa que sea siempre a través del balón. Puedes tener el control sin balón. En la medida de lo posible, se trata de que el partido se juegue a lo que tú quieres, tanto en La Romareda como fuera».

Cuestión de fiabilidad, insiste el entrenador vitoriano, consciente de que no ha alcanzado la regularidad esperada. «Vamos con ilusión y expectantes para ver la respuesta que damos en el primer partido. Ahora viene lo de verdad después de la pretemporada. Buscamos un equipo lo más fiable posible, era el objetivo que nos habíamos marcado para el primer partido: tratar de mantener lo que estamos haciendo bien y progresar; y lo que estamos haciendo menos bien, tratar de corregirlo», explicó ayer el técnico, que sabe que su equipo necesita que los resultados se le pongan de cara en las primeras semanas de la competición: «Sería recomendable empezar bien por todo. Por el trabajo, por el entorno... por todo lo que rodea al equipo. Es uno de los objetivos a corto plazo, tratar de colocarnos bien en estas primeras jornadas. pero para conseguir eso nuestro juego tiene que ser fiable y regular. Hay que hacer muchas cosas para poder sumar».

Natxo González no quiso dar el equipo titular, aunque ya lo tiene en la cabeza. «Más o menos sí que lo tengo, pero hasta las ocho de la tarde siempre hay alguna posibilidad de cambiar. El once va supeditado al tipo de partido que puede ser. Qué soluciones podemos dar si se nos pone en contra, cuáles si se nos pone a favor...».

Tendrá a casi toda la plantilla disponible, a excepción de Lasure y Raí, que se recuperan de sus lesiones musculares; y de Cristian Álvarez, que sigue su plan de puesta a punto. No estará en Tenerife para respaldar a la defensa, la línea más frágil del equipo sin duda. «La pretemporada nos da información. El trabajo del colectivo ha sido bueno, pero hemos encajado demasiado y hemos tenido lagunas importantes a nivel defensivo en las vigilancias, en la temporización, en pérdidas que se pueden evitar, etcétera. Esto irá mejorando porque tenemos jugadores con potencia. Habrá una progresión, pero tenemos que tratar de que sea cuanto antes. Ahora tenemos los centrales que tenemos y veremos qué pasa. Sabemos que tenemos que incorporar algún jugador todavía, pero faltan salidas y mientras no las haya no se puede entrar».

Por la retaguardia vienen las vacilaciones del Zaragoza. «Si tuviéramos dudas, tendríamos un problema. No son dudas, es expectación. Es el primer partido de Liga y tenemos la sensación de que no lo hemos conseguido del todo lo que queríamos. Hemos encajado mucho. Somos conscientes de que la pretemporada no tiene nada que ver con la Liga. Tenemos esa expectación de ver cómo responde nuestro equipo en esa primera jornada».

Por último, el Tenerife, un rival cambiado. «Estuvo cerca del ascenso y demostró que era muy fiable en casa. Ha perdido jugadores importantes, pero sigue siendo el mismo tipo de equipo. Esperamos una oposición máxima en un campo complicado».