Parece que el Ebro está abonado al empate sin goles. Sin embargo, ayer era un día para acuñar el dicho que reza «ya que no puedes ganar, al menos no pierdas», y el conjunto de La Almozara así lo hizo. A los diez minutos de la segunda mitad, Alfonso de la Cruz vio una rigurosa tarjeta roja al recibir su segunda amonestación. Ese hecho provocó que el Ebro se echara para atrás, reestructurara Larraz la disposición de los suyos en el campo y que, al final, hubiera que conformarse con rascar un empate en casa.

Hasta la expulsión, quien más propuso fue el equipo local, al menos en cuanto a ocasiones. Txema Pan al cuarto de hora fue el protagonista de la primera aproximación seria de los zaragozanos, aunque su disparo se fue muy arriba. Poco después, un disparo lejano del Sabadell corrió la misma suerte. Cinco minutos antes del descanso, un balón lateral lo cabeceó Gabarre al palo, en la mejor oportunidad de los locales para marcar.

Ya en la segunda mitad, Alfonso vio el camino de los vestuarios y Larraz dio entrada a Márquez y Óscar Valero para jugar con un 4-3-2. A partir de ahí, el conjunto visitante, sin tener un excesivo dominio del cuero, fue acercándose a la meta de Montoya, quien tuvo que sacar un lanzamiento lejano con una gran parada. Finalmente, empate a cero que deja al Ebro en séptima posición con 28 puntos, a seis de los puestos de ascenso y descenso.