Ona Carbonell, esa nadadora de sincronizada que se mueve en el agua con elasticidad, velocidad, explosividad y la plasticidad de un cisne, es la mujer destinada a dar al equipo español las pocas alegrías que se llevará de los Mundiales de Kazán (Rusia).

De momento la delegación española lleva dos medallas y las dos las ha firmado la barcelonesa. Si el sábado subió un escalón con respecto a lo que había conseguido hace dos años en la final de solo técnico-- se hizo con la plata-- ayer conservó el bronce en la de solo libre, a pesar de realizar una rutina cercana a la perfección a los sones de una música de violines basada en una composición de Raphael Imbert. Los jueces puntuaron con severidad y solo le mejoraron cuatro décimas con respecto a la preliminar de lunes. Sus 94,9000 le alcanzaron para un bronce de mérito, por detrás de la Natalia Ishchenko (97,2333) y de Xuechen Huang (95,7000).

A DOS DE MENGUAL

Ona Carbonell sumó su 18ª medalla en unos Mundiales y se sitúa a solo dos de otra legendaria, Gemma Mengual, que a sus 38 años disputará hoy (18,15 horas) otra final en la nueva modalidad de dúo mixto, ejercicio libre, con el debutante Pau Ribes. Los dos partirán del quinto puesto de la calificación, lugar que parece el techo del resto del equipo español. La propia Ona, junto a Paula Klamburg, afrontará la final de dúo libre desde la misma posición. Será la despedida de Ona de este Mundial, ya que no ha querido repetir el maratón acuático del 2013 y renunció a participar en las dos pruebas de equipo (técnico y libre) y en el combo del último día.

"Me voy con una plata y un bronce y he mejorado mucho las puntuaciones del Mundial de Barcelona, así que estoy muy, muy contenta", confesó Ona Carbonell tras el ejercicio de ayer. ñTambién he mejorado mucho en la estabilidad en la parte técnia. Creo que ha sido un gran Mundial como solista y estoy emocionada", añadió. En el solo han colaborado, además de la directora técnica Ana Montero, la propia Mengual y la fracesa Virginie Dedieu, que también ha regresado a la competición en dúo mixto. El trabajo de biomecánica fue cosa de Andreu Roig, y en la elección de la música colaboró María José Bilbao. "Es una música muy dramática con la que puedo intentar llegar muy adentro de los jueces. Se trata de captar su atención, de llegar al corazón y a los ojos", explicó Ona.

La atención pasará ahora a las guerreras del waterpolo, que hoy deben ganar a Canadá para acabar primeras (12.30 horas). Esa posición las llevaría directamente a los cuartos de final, pero la derrota del martes de EEUU ante Italia podría cruzarlas con las norteamericanas, actuales campeonas olímpicas. Peligro.