—Parece que las cosas le están yendo bien por Cádiz.

—De momento está saliendo todo bien y el equipo ha dado en este último mes un cambio hacia adelante, de madurez e ir a por los partidos, y eso se ve reflejado en la tabla. A un delantero como a mí eso le viene bien.

—Y en el plano individual lo mismo, porque ya lleva ocho goles.

—Estoy más o menos en mis números. En Girona hice 9 en media vuelta y la temporada pasada fueron 7 en el Zaragoza. Creo que he encontrado la estabilidad que me hacía falta de no estar siempre pendiente de los mercados y de tener que cambiar de equipo en invierno. Eso para un jugador es difícil y no le hace bien.

—¿Entonces estará contento con su rendimiento?

—Sí. Para mí son importantes las sensaciones que tengo entrenando y en los partidos. Me hace feliz como estoy jugando.

—La temporada pasada, pese a ser el máximo goleador, tuvo que abandonar el Real Zaragoza en el mercado invernal. ¿Le sorprendió que tuviera que marcharse?

—Para mí fue una sorpresa, como para todo el mundo, porque yo estaba muy a gusto en Zaragoza y tenía un buen grupo de amigos. Estaba muy involucrado con el equipo y sobre todo era muy feliz, pero, tras el cambio del cuerpo técnico y la marcha de Martín González (entonces director deportivo), el club me comunicó que iba a tener muy difícil participar y que si encontraba una salida sería bueno para todos. Entonces me tuve que buscar las habichuelas e irme al Mallorca, que estaba en una situación fea.

—¿Entonces, le invitaron a irse?

—Se podría decir que sí, porque la gente que me conoce sabe que no me hubiera ido de Zaragoza a ningún sitio. Yo ya llevaba dos mercados de invierno teniendo que cambiar de equipo y en Zaragoza era feliz en el día a día y estaba haciendo goles. El equipo no era líder, pero estábamos entre los cinco o seis primeros, dependiendo de lo que hiciéramos cada semana, y, aunque no era el máximo goleador de la categoría, tampoco era de los peores realizadores. Yo estaba ilusionado con hacer una buena segunda vuelta allí, pero se me comunicó que no se contaba conmigo. Eso me dijo Carreras y que iba a tener muy difícil jugar. De alguna forma fue como decirme que sobraba, pero tampoco pasa nada. Yo, si fuera entrenador, haría lo mismo con los jugadores que no contara.

—¿Y usted estaba contento con su rendimiento?

—Estaba contento con mi rendimiento y con mi situación personal en el equipo. En Zaragoza era feliz. Pero después del partido contra el Mirandés me comunicaron que no contaba para el entrenador y en esos días me tuve que buscar un equipo.

—Ahora, con el paso del tiempo, ¿se fue dolido con alguien?

—No. No me pude ir dolido con nadie porque el tiempo que estuve allí todo el mundo se portó de una forma espectacular conmigo. Tuve un trato excelente y no tengo ninguna queja de nadie. Lluís Carreras fue honrado al decirme que no contaba conmigo.

—¿Hasta qué punto influyó la destitución de Martín González?

—Totalmente. Hasta el punto de que me tuve que ir. Si Martín González hubiera seguido en el club creo que yo también habría continuado en la plantilla pese al cambio de entrenador. No sé si habría jugado mucho o no, pero no me habrían dicho que iba a estar en la grada toda la segunda vuelta si me quedaba.

—La pasada campaña estuvo en el Real Zaragoza y el Mallorca, dos clubs que en teoría deben luchar por subir, y en verano se fue a otro cuyo objetivo es la permanencia.

—Pero yo he aprendido en la poca carrera que llevó en el fútbol y en Segunda que en esta categoría hay muchos equipos que en agosto son favoritos para subir y que luego en mayo solo aciertas un 10% de los que están arriba. Es una categoría muy igualada y no me guié por querer ir a un club grande, con obligaciones de tener que subir, sino a jugar en un equipo que tuviera la ilusión de mantenerse, de ser humildes, de disfrutar del fútbol y de hacer disfrutar a una ciudad como Cádiz, que llevaba varios años sin estar en el fútbol profesional. Eso me ilusionó bastante.

—¿Qué rival se va a encontrar el Real Zaragoza en el Carranza?

—Un equipo que aquí en casa, como se suele decir futbolísticamente, muerde bastante y que sobre todo intenta no dejar respirar a su rival en todo el partido. En casa intentamos ser fuertes y que no se nos escapen puntos.

—¿Qué valoración hace de la trayectoria del Zaragoza?

—En los primeros partidos de Liga vi un Zaragoza muy ofensivo, con mucho control de pelota y atacando, y ahora veo un equipo más de contra y de intentar aprovechar los espacios a la espalda de las defensas rivales. Los cambios de entrenador es lo que tienen y que los equipos cambian un poco. Veo que el Zaragoza, en el momento que gane un par de partidos, uno fuera de casa y otro en La Romareda, se empezará a decir que es un candidato a estar arriba y a subir, porque desde mi punto de vista tiene plantilla y equipo para ello.

—¿Cree que ahora está en la clasificación donde se esperaba o por debajo?

—Yo creo que a estas alturas del campeonato la tabla clasificatoria no tiene que ser tan importante para muchos equipos de la categoría. El Zaragoza, como decía antes, en el momento que gane dos partidos seguidos va a estar más que metido dentro del playoff. Quizás, con los refuerzos que ha tenido, debería llevar un par de puntos más y eso le haría estar en la zona de playoff y totalmente tranquilo.

—¿Y el Cádiz?

—A priori se suponía que íbamos a estar abajo, sufriendo, pero en este último mes hemos conseguido sacar un poco el cuello. Lo que sucede es que como nos despistemos volveremos otra vez a estar peleando por volver a sacar el cuello. Ahora esperamos seguir aprovechando esta rachita de buenos resultados para continuar en esta línea de ir sumando puntos en casi todos los partidos y poder alejarnos del descenso lo máximo posible.