De Alberto Zapater siempre se ha destacado su capacidad física, su despliegue, pero también su compromiso, su identificación. Pulmón y corazón del Real Zaragoza que le recuperó para reparar y fortalecer su escudo. En casa el capitán volvió a ser el león de siempre tras unos años de penurias, el que sufre y padece como la grada, el que ruge en las buenas y en las malas. Y ahora, también, el que va asestando zarpazos en cuanto tiene ocasión. Volvió a hacerlo en Los Pajaritos inaugurando el marcador a los cuatro minutos de partido y batiendo su récord goleador en una temporada. Ya lleva cinco.

El de Soria fue un golazo. Una falta cometida sobre Papu en la frontal del área, perpendicular al poste izquierdo rival, que el capitán golpeó con maestría a la escuadra, por encima de la barrera, fuera del alcance del portero. Misión cumplida para un Zaragoza que quería un gol en la ida, en deseos de su entrenador. No hubo tiempo de comprobar cómo iba a gestionar el grupo de Natxo González la ventaja porque menos de dos minutos después Guillermo ya había empatado. En cualquier caso, el gol de Zapater es oro para el Real Zaragoza e historia para el currículum del ejeano.

Zapater nunca ha sido un goleador. En el Real Zaragoza había cantado cinco en las cinco temporadas que jugó antes de poner rumbo a Génova, uno en la de su debut, dos en la del descenso y otros tantos en la del ascenso inmediatamente posterior. La temporada pasada no hizo ninguno. En esta se estrenó en Oviedo con otro obús de libre directo a la escuadra derecha en el minuto 38 que supuso el 2-2 definitivo, puso el 2-1 en El Alcoraz (3-1 final) en el minuto 83 con otra falta, esta vez por la escuadra izquierda, adelantó al equipo en Alcorcón a los cuatro minutos incorporándose desde atrás y pegando con el alma desde el borde del área un pase atrás de Borja y hace nada cazó otro de delantero centro con un gran desmarque contra el Albacete.

Nunca había hecho tantos. Su récord eran cuatro con el Sporting de Portugal en la temporada 2010-11 y de la siguiente databa su último gol. Zapater está en su mejor versión y luce como nunca desde que se ha liberado del mediocentro y tiene espacio y llegada por las alas. Es un león que no solo se deja el alma sino que tiene el colmillo afilado y suelta zarpazos en cuanto se le presenta la oportunidad. Todo un rey de la selva.

El gol es el adorno en la mejora del ejeano, siempre indiscutible. Solo Borja Iglesias ha jugado más minutos que él esta temporada. Ayer no solo marcó, sino que volvió a cumplir en los dos costados del rombo. Comenzó por la izquierda y tuvo que cambiarse a la derecha cuando Natxo González quitó a Javi Ros en el minuto 61. Por ese costado derecho estaba insistiendo una y otra vez el Numancia, castigando continuamente a Delmás. Con el capitán de escudero el joven canterano apenas volvió a pasar apuros. Los zarpazos del león.