Levantar un Mundial de Clubs no parece motivo suficiente para alegrarle la tarde a Cristiano Ronaldo. El actual Balón de Oro y máximo favorito a revalidar el título individual más importante del mundo fue incapaz de disimular su frustración por no sentirse protagonista en una noche histórica del Real Madrid.

Obsesionado por ser el mejor, Cristiano no es feliz si no abandona el terreno con al menos un gol en su zurrón. Mientras sus compañeros se felicitaban tras la victoria, el portugués permaneció impasible, con el gesto serio, y regateó a Platini, al que ignoró después de que este reclamara el Balón de Oro para un futbolista alemán. Toda una afrenta para el ego del delantero.

Por fortuna para el Madrid, el equipo va tan embalado que puede permitirse el lujo de prescindir de la versión más avasalladora de su estrella. Los blancos han cerrado el año con unos registros históricos y han contado con la aportación de algunos de los futbolistas de segunda fila como Carvajal, Pepe, Isco, James y Kroos, que ha tenido una sorprendente adaptación.