En septiembre se cumplen dos años del grave accidente de Carlos Pauner. Fue en Puerto Venecia donde se fracturó la pelvis tras caer de lo alto de un rocódromo. El alpinista altoaragonés cabalga de nuevo. Su nuevo reto es el Elbruz, el pico del Cáucaso de 5.640 metros. "Me hace ilusión volver a la carga subiendo nuevas cumbres", explica Pauner. Esta mañana se desplaza a Rusia para intentar conquistar la montaña más alta de Europa. De esta manera arranca su proyecto de las siete montañas más altas de cada continente.

En la rueda de prensa que se celebró ayer en una de las tiendas de El Rincón, y que levantó una gran expectación, estuvo acompañado por su amigo Fran Lorente. Explicó su apasionante proyecto a los numerosos medios de comunicación. "En las siete cimas incluyo América del Norte con el McKinley, América del Sur con el Aconcagua y la Antártida con el Monte Vinsón. El resto son el Elbruz, el Kilimanjaro, la Pirámide de Karsten y el Everest". En cuanto a la programación, explicó que "no la tengo muy clara y la iré adaptando a la climatología y a mis expectativas. Lo que que sí tengo claro es que haré el Elbruz y el siguiente paso llegará en diciembre con el Aconcagua", indicaba Pauner.

Formarán parte del proyecto de Pauner varios amigos. "Iré acompañado de varios colegas como Fran Lorente, que estará conmigo en el Aconcagua, y también Raúl Martínez. Las siete cumbres serán el hilo conductor que también lo aderezaré con escaladas con Cecilia Buil o Manu Córdova", explicaba.

La empresa Aragón Aventura le facilitará la logística a Pauner, que realizará el ascenso en solitario. "Va a ser todo muy rápido. No es una cima de ochomil metros y apenas se necesita aclimatación. Es una zona especial de nuestro planeta entre Chechenia, Georgia y Rusia, donde pueden surgir problemas en cualquier momento", apuntaba.

EL PROGRAMA

En la mañana de hoy volaba hasta Moscú. "El día 22 de agosto llegaré a una cabaña situada a 3.850 metros de altura. Entre el 23 y el 25 intentaré subir al pico", afirmaba. El Elbruz es la montaña perfecta para que Pauner se vaya rodando tras dos años sin subir grandes cumbres. "De todos es el que menos dificultades me tiene que plantear. Al elegirlo en primer lugar me chequearé y dejaré lo más difícil para el final", afirma.

El Elbruz no cuenta con dificultades técnicas. "Es una montaña de nieve con glaciares importantes. Seguiré la ruta de la cara oeste, sin dificultades de escalada y que consiste en andar por un glaciar con crampones y piolet. Un problema añadido es el fuerte viento. El día de cima serán 12 horas de ascenso con lo que hay que salir muy pronto, a eso de la una de la mañana".

Pauner quiere cerrar su nuevo reto en un máximo de tres años. "De las siete cumbres he subido a dos, el Kilimanjaro en el 2008 y el Everest el 2013. En junio del año que viene subiré el McKinley y en verano no lo tengo decidido. El Everest lo subiría el último, en el 2017 por China sin oxígeno. Así me quitaría una espina que tengo clavada", dice.