Lo siento, pero la noticia del Gran Premio de Gran Bretaña, donde Mattia Pasini (Italia, Aprilia, 125cc), Andrea Dovizioso (Italia, Honda, 250cc) y Casey Stoner (Australia, Ducati, MotoGP) lograron tres portentosos, trabajados e ilusionantes triunfos, se produjo una vez concluidas las carreras. Justo cinco minutos después de que la lluvia dejase de caer, justo cuando 84.785 apasionados motards abandonaban Donington empapados pero felices, en el momento en que Pasini celebraba haber roto su mal fario, en el instante en que Dovi brindaba por los 25 puntos que le había birlado a Jorge Lorenzo, que se cayó, y nada más abrazar Stoner a su esposa para alegrarse por el golpe que acababa de propinarle a Rossi, cuarto ayer, Dani Pedrosa comunicaba a Honda que no pensaba renovar su contrato hasta no tener entre sus manos una moto ganadora.

Mientras Héctor Faubel recuperaba el liderato de 125cc con su tercer puesto (evitando el cero en el casillero de podios español, cosa que no ocurre desde hace 38 grandes premios), mientras Lorenzo tranquilizaba a sus seguidores proclamando que renovaría su título de dos y medio pese a aventajar ya en solo 11 puntos a Dovi y mientras Rossi abroncaba a Michelin por no hacer neumáticos capaces de pelear con los Bridgestone, "que participan en otro deporte", Pedrosa, harto de perder, decidía, por fin, decir lo que lleva pensando desde hace meses: que con esta Honda no se puede ganar.

Tras dar la vuelta al mundo completa (su último triunfo se produjo, curiosamente, en Donington hace un año y 16 carreras), Pedrosa dijo: "Llevo mucho tiempo esperando el futuro y la moto que tengo no es la que esperaba ni, por supuesto, los resultados. No me voy a quedar con los brazos cruzados. Desde la primera carrera llevo diciéndoles a los técnicos japoneses que esta moto no va. Hemos hecho algún pasito, pero no grandes progresos. Seguiré trabajando para mejorar el presente, pero empezaré a pensar en mi futuro".

Esto es lo que hay, vino a decir Pedrosa, decepcionado porque Honda, que solo ha obtenido dos victorias (de Dovizioso en 250cc) en las 24 carreras que se han corrido en las tres categorías, no ha sido capaz de hacer una buena moto. "No creía que fuese tan difícil tener una moto ganadora". Pedrosa, que insinuó que el mundo no se acaba en Honda ("no es bueno pensar en una cosa"), avisó: "Si me ofrecen mejor material, me lo pensaré y tal vez cambie, pues no tengo por qué seguir con material que no es competitivo".

Mientras la dirección de Donington discutía sobre si el número de caídas del fin de semana había sido de 108 o 110, alguien repasó la clasificación de marcas y le daba la razón a Pedrosa. Ducati, con 222 puntos y cinco victorias, lidera el único campeonato que interesa a los constructores, seguida de Yamaha (204 puntos y dos victorias), Suzuki (171 y un triunfo) y, en la cola, está Honda con 147 puntos y cero victorias. De ahí que el "no voy a cerrarme las puertas a otras posibilidades" expresado por Pedrosa sea más una realidad que una amenaza.

LA OPINIÓN DE CRIVILLÉ "A mí me parecería una barbaridad que Pedrosa cambiase de marca", comentó Álex Crivillé, campeón del mundo con Honda en 1999. "Es verdad que Honda se ha equivocado este año. Cierto, van totalmente perdidos, pero estar en Honda, con un patrocinador español como Repsol, en el equipo oficial, es el mayor sueño de un piloto. Yo creo que Dani debería tener paciencia".

El entorno de Pedrosa respalda por completo las declaraciones de su piloto y recuerda que "en estos momentos hay ya muchos equipos oficiales en el Mundial como son Yamaha, Suzuki, Kawasaki y Ducati". Esa misma fuente recuerda que "todas las marcas tienen ciclos y que, probablemente, este no sea el de Honda, que está siendo incapaz de construir un F-1 competitivo, ya que su monoplaza suma fracaso tras fracaso en el campeonato de Bernie Ecclestone". EL PERIÓDICO está en condiciones de afirmar que, el próximo mes, Honda suministrará un motor totalmente nuevo a Pedrosa.