En las aguas transparentes del Cubo de Agua hay una invisible puerta hacia la historia que solo unos pocos encuentran. Teresa Perales cruzó ayer ese marco de restringido acceso que traspasan aquellos acostumbrados a apoderarse en cada brazada de un pedazo de gloria. La zaragozana rebasó ese umbral para saltar del agua al lugar que Pekín le reservaba; lo más alto del podio. El brillo dorado de su tercer oro en los Juegos Paralímpicos chinos, en la que era su despedida en los 50 metros libres (categoría S5), le consagró como la deportista española con un palmarés más brillante al igualar la marca de 16 preseas que acreditaba la atleta ciega Purificación Santamarta y que, ayer, en el mismo recinto acuático, también alcanzó el nadador mallorquín Xavi Torres.

Perales se marchó de Pekín como llegó, con un oro y un récord del mundo que la consagran como la reina del Cubo de Agua, y sonriendo sin parar. Su felicidad no la abatió en ningún momento ni el esfuerzo mayúsculo de ocho días de dura competición. La zaragozana reservó para su última actuación fuerzas suficientes para batir de nuevo a las únicas dos competidoras que han podido reducir su absoluto dominio en su categoría, la checa Bela Hlavackova y la ucraniana Olena Akopyan. "Mejor imposible. Era lo que soñaba", declaró la aragonesa de 33 años y parapléjica desde los 19, tras bajarse de un podio del que se ha hecho dueña absoluta.

POR DEBAJO DE 36 SEGUNDOS La decimosexta presea de la aragonesa --había conseguido once entre Sydney y Atenas-- llegó con un registro histórico. La fisioterapeuta zaragozana había dominado y rebajado en dos segundos el récord mundial en el heptómetro del estilo líbre en su primer día de competición y ocho jornadas después, en la mitad de esa distancia volvió a pulverizar las marcas existentes. Perales se convirtió en la primera nadadora paralímpica en rebajar los 36 segundos (35.88). "Por el rabillo del ojo he visto que las rivales se quedaban atrás y no sabía si es que ellas estaban pinchando o es que yo iba muy rápida así que he apretado todavía más", declaró la rápida zaragozana.

Perales dominó el recorrido desde el inicio. Ella se impulsó desde el poyete, mientras que sus máximas rivales salían desde el agua, y pudo tomar una ventaja que creció en cada brazada. El acoso de la checa Bela Hlavackova y la ucraniana Olena Akopyan fue simplemente un espejismo y la aragonesa pudo acceder a su tercera victoria. Aventajó en 1,24 segundos a Hlavackova (plata) y en 1,65 a Akopyan (bronce).

Al tocar el extremo de la piscina se repitió la escena del éxito. Puños al aire y grito de emoción. La aragonesa, que sabía que tenía opciones de igualar el registro histórico de Purificación Santamarta, no ocultaba su agradable sorpresa tras acumular en Pekín un botín de cinco medallas: oro en 50, 100 y 200 metros libres, plata en 50 metros espalda y bronce en 100 metros espalda. La especialidad de mariposa ha sido la única en la que ha competido sin lograr un podio. Perales no piensa quedarse aquí y ya piensa en acumular más metales dentro de cuatro años. "Habrá que ir a Londres", comentó la zaragozana, acompañada en la grada por su esposo, varios familiares y amigos. Eso sí, ahora, no quiere volver a ver una piscina por un tiempo: "Solo quiero descansar y no tocar agua en mucho tiempo, lo justo para la ducha".