A la trayectoria del CAI Zaragoza en las primeras nueve jornadas se le puede mirar como si el vaso estuviera medio lleno o como si estuviera medio vacío. Los optimistas ven al equipo de José Luis Abós bien posicionado después de un comienzo de Liga plagado de contratiempos, especialmente con las lesiones (Barlow, Kiefer y Guerra) y del que ha sabido escapar vivo con dos victorias in-extremis en Zaragoza (Menorca y Burgos) a la espera de tiempos mejores en su deteriorada relación con el espectáculo. En cambio, los pesimistas lo miran todo con un espíritu más crítico y creen que el nivel de juego mostrado por el CAI, que está realmente lejos de donde debería estar, no invita a pensar bien para el futuro. Seguramente, en el punto intermedio se encontrará el equilibrio: el CAI ni está bien ni está mal. Está regular, buscándose a sí mismo y sobreviviendo en la parte alta de la tabla gracias a la enorme calidad individual de alguno de sus hombres, fundamentalmente Phillip, que se exhibió en las cuatro prórrogas frente al Burgos con 57 de valoración.

Esta mañana (12.30 horas), el equipo de José Luis Abós buscará su segunda victoria fuera de casa y la cuarta consecutiva en la pista del Vigo, uno de los rivales más endebles de la LEB Oro. Es penúltimo con sólo una victoria y ocho derrotas. "Este es uno de esos partidos en los que tienes mucho más a perder que a ganar. Vista la trayectoria de ellos y su clasificación, evidentemente todo lo que dijera yo en el sentido de que será un encuentro más o menos complicado, sonará a excusa y no lo voy a decir", indicó ayer Abós.

Al técnico no le falta razón. No hay excusa posible para no ganar esta mañana al Vigo. Ni la situación física del equipo (Barlow sigue fuera y Roberto Guerra arrastra todavía un golpe del partido frente al Burgos aunque ya se ha entrenado con cierta normalidad), ni la relajación ni nada de nada. El encuentro de hoy es uno de aquellos en los que un triunfo del CAI únicamente será una victoria obligatoria, pero una derrota provocaría un daño superior al de perder un simple partido.

RIVAL ENDEBLE Por ello, Abós se colocó el caparazón protector que usan todos los entrenadores en situaciones como ésta. "El Vigo es un equipo complicado --matizó enseguida--, con muchos jugadores comunitarios y extranjeros, prácticamente desconocidos la mayoría de ellos para el gran público. Hemos de incidir en ser duros mentalmente para que el partido no se vuelva más farragoso de lo normal".

El Vigo debuta esta temporada en la Liga LEB Oro. Ha perdido tres de los cuatro partidos que ha jugado en casa (Mallorca, Cornellá y Tenerife) y sólo ha sido capaz de vencer al Ourense (83-59). Su mejor anotador es Timothy Frost, un pívot que promedia 11,5 puntos. Alba, Ruiz de Galarreta o Rojas, un ex CAI, son los hombres más conocidos.